Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2023

OCÉANOS DE CERTEZAS #MICRORRELATO

Imagen
En la inmensidad de mi océano solo yo puedo flotar en la balsa de mis pensamientos; ellos conforman el salvavidas que mantiene mi cuerpo a flote, a salvo de piratas mentales. Ensimismado ante un imprevisible horizonte.

CEGUERA #MICRORRELATO

Imagen
  La secta dormida. La secta que no mira. La que mira de medio lado. La que no quiere ver. La que acusa a su ojo derecho de lo que ve el izquierdo. La ciega. La sorda. La dormida. La inconsciente. La osada.  La remilgada. La contraída. La que no quiere ver nada…   Religiones del mundo unidas en su ceguera.

FLORES ENTRE LAS MURALLAS

Imagen
A la puerta que un día lució un azul cielo le había brotado una erupción de granos grises. La puerta que un día se abría al mundo de los juegos, hoy destapa una atmósfera cenicienta. Cira cada mañana empujaba la enferma puerta y, ésta, al recibir el empuje regalaba a la niña un quejumbroso grito de desconsuelo al no poder ofrecerle ya el paisaje que antaño alumbró una tierra vívida, colorista, esperanzada… Cira corría entre escombros hasta llegar a la muralla que había formado la deflagración causante del desolado e irreconocible escenario creado en los últimos meses. Encaramada en lo alto, paso tras paso iba hilando palabras, palabras llenas de vida, de amor, creando su verso, su esperanzada canción en la creencia de la posible aportación que pudiera engendrar un porvenir blanco, sin ruido, sin balas, sin destrucción…siempre sintió una especial atracción por las alturas, explorando montículos por los que poder trepar… Las piedras que iba pisando se derretían con cada paso de

TEÓDULA Y EL AGUA

Imagen
  La ola de tifus se extendía como un fuego atizado por el viento en aquel paraje que, si bien estaba o no olvidado por dios, lo cierto es que había quedado postergado al mundo de los fantasmas. Nadie pasaba por allí desde hacía meses, por lo que los pocos habitantes que aún quedaban iban cayendo como moscas en la miel, en este caso, en la hiel del desamparo más absoluto. Teódula no había pisado más tierra que los cuatro terrones poseídos en aquellos parajes duros y fríos, los cuales sin duda habían contribuido a conformar su carácter introspectivo que, sin llegar a ser hosco llevaba a nuestra amiga a ahorrar hasta en palabras. Teódula saltaba de la cama adelantándose al albor del día, embutía su cuarteado cuerpo en los ropajes heredados de su madre, los cuales amenazaban con abrirse costuras arriba hasta terminar con el último hilo que los sujetaba. Las raídas zapatillas aguardaban cual amo a su lacayo a sus castigados pies con un ritual llevado a cabo cada mañana: primero el dere