Después no digan mis amigas que sufro de exceso de amor propio, (no queda otra alternativa que la de quererme a mí misma). ¡Qué queréis si tengo un Cupido qué ni con la Metadona se recompone!... Es muy tonto, muy tonto, pero que mucho, dispara flechas de forma unilateral. A saber: en contra de mí, —quiero decir contra mí—, quiero decir: ¡Qué solo me dispara a mí! y, así me tiene, loca perdida. Me pregunto: ¿será daltónico o estrábico o algo?... A ver, «majete», flecha para mí, vale, bien...pero, al «contrario», también, que me tienes aquí a la espera de que haga efecto el pronóstico del horóscopo, (esa es otra). Yo, debería vivir en una nube de ensoñación con una serie de cosas que, no conozco, si no fuera por la aportación peliculera... ¡Ay dios! que parece ser, que el tal Valentín, era un cura muy bueno que estaba por el amor y en contra de la guerra. Pero, ¿De dónde sale Cupido? Cupido, según Séneca, es hijo de Venus y de Vulcano. Venus se preocupaba porque su hij
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.