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Mostrando entradas de abril, 2021

CUANDO SER VALIENTE NO ES UNA OPCIÓN

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Clementina, antes de que el primer rayo de sol anunciara el día, un haz de luz que apenas si se colaba por el ventanuco de su cochambre, tenía, para ese momento ya, los ojos como los búhos. Siete hijos, le había dejado en herencia su Pascual, abatido en el campo de una batalla sin sentido, como cabe que lo sea cualquier contienda … Se tiraba de la cama, sacudía el hombro del primogénito que, con diez años, tenía ya asignada la misión de ayudar a la intendencia familiar; truncados sus sueños de niño, la escuela, los juegos, los amigos… —Lito, levanta que en un tris comienza a clarear… —Pero madre ¡si ni siquiera es de día! —No refunfuñes que vas a despertar a tus hermanos, ¡tira! Recalentaba una aguachirri de achicoria y tiraba para el campo, costal a la riñonera, a espigar lo que se podía, siempre, con el ojo puesto en la espalda de que no apareciera el guarda de campo y le hiciera devolver lo cosechado. En el puente del camino Cantarranas , Clemen, se juntaba con las com

EL PODER DE LA MÚSICA: ¡Cántamela otra vez, Gardel!

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En la calle empedrada resuenan unos tacones. A su izquierda las saltonas luces de neón azules y amarillas, anuncian: «Tacones de hielo». El rimbombante nombre del bar que encontró por casualidad —parece que hubiera pasado un siglo desde el hallazgo—, en una de sus noches, gracias a su sempiterno vagabundear, la empujó a cruzar sus puertas. Tras la barra de un bar. Desde ese minarete a través del cual pasan todas las vidas. Todos los amores. Todos los desamores. Todos los sueños con sus correspondientes promesas incumplidas. Desde ahí, Bruno, servía cada noche un cóctel explosivo a la sensual rubia que, cada noche ocupaba el taburete apegado a la tabla de salvación que puede llegar a ser la barra de un bar. Sabía cada detalle de una vida de trasiego y aventura —o desventuras, qué también—. —¿Cómo ha ido el día, Olga? La misma pregunta cada día, cada noche. Conocía sobradamente la respuesta a la cuestión, pero, era como un acto de fe incorporado al estiramiento de brazo para dep

EL TONTO DEL PUEBLO

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Hace décadas cada pueblo tenía su propio «tonto» que, si bien se examina un poco o se rasca rápidamente se advierte que quizá tan tonto no era. Por derecho ostentaba este título hasta el fin de su existencia. Cuando creíamos que esta figura había quedado extinta un informe de esos que proporciona alguna organización de «vaya usted a saber a qué me dedico» …desde ahí, decía, se hace llegar al personal el siguiente informe, bando, banda, arenga…arenque…—cada uno que adopte su propio unicornio—. ¡Qué no! Nada de extinciones, ni exenciones, ni escisiones, ni excepcionalmente, nada…nada de nada… ¡Qué esa figura no ha muerto! ¡Qué se han apiñado y creado un partido —o dos— político, para gloria y muerte del resto de quienes tenemos que soportarlos! Se hicieron llamar: «DejadQueLosEstultosSeAcerquenAMí» …ya sé, ya sé…ahora diréis que ese partido no existe… ¡Existe! Y los que de verdad eran tontos, tontos, con todas las facultades intelectuales tan mermadas que no daban ni para juntar la

CARTA AL FIN DEL MUNDO

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Como cada año, aquí está el libro que entre todos los participantes de la editorial "Cuatro hojas", conformamos. Ha quedado estupendo. Un compendio de geniales relatos para deleitarse leyendo. Es un placer y un honor formar parte de este creativo grupo. El libro se puede adquirir: https://editorialcuatrohojas.com/tienda/carta-al-fin-del-mundo/?fbclid=IwAR10jLtf5n4U5-Sgaoiwev08KPMGlTTIgLjps945X-zrQ6We3NOUisqARXo

LA GALLINA PICASSIANA

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El color rosa está sobrevalorado. Si la vida fuera rosa sería hiperaburrido ir de la Ceca a la Meca con todo rosa alrededor, el campo, los trenes, los aviones, la cesta de la compra…un señor que ha dejado de lado su traje gris… Se perdería así todo un abanico cromático que pone salsa al camino. Y, si no, que se lo digan a la tía Tula. Tenía en su haber una gallina muy particular, o caprichosa, según se mire: según su estado de ánimo, ésta, ponía los huevos de un color que, ella en su mente gallinácea asimilaba a su sentir. A saber, los más de los días sus huevos eran azules; por más que este color se asocie a la calma, en ella rezaba como el día llorón por naturaleza. Era llorona la gallina de los huevos azules, aunque su empeño por disfrazar tal condición, la llevaba a reír como si estuviera loca, y, como tal era tomada por el resto del gallinero. El grupo amarillo, el de las envidiosas, cacareaba a sus espaldas soltando sus capciosas risitas. Detrás, el grupo violeta: ni fú,

LOS AMANTES

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La atracción inicial de Eros por Tánatos, la continua pulsión entre la vida y la muerte es la base de los amores imposibles que, de entrada, y que se sepa, son los auténticamente reales. Al alejarse de lo cotidiano, dejan de paso, a un lado, la vulgaridad. No sabía Eros en los principios que, la atracción por Tánatos, llevaría para sí la renuncia de su propia existencia… Como toda historia de amor imposible, esta, pasa vacilando de la vida a la muerte en invariable discurrir; una lucha constante de consecuencias desgastadoras entre el ser o no ser, entre la existencia propia ante la del contrario. Sálvese quien pueda —o quiera— del amor de Eros o de Tánatos. Adoptar a Hipnos es una mejor elección; mantenerse en sus brazos, cruzando por un plácido sueño por los siglos de los siglos… Con los nervios que la añoranza provoca sobre lo que nunca existió, atados a su piel, Eros, comenzó a dibujar un gráfico sobre el que guiarse antes del crepúsculo. El desprecio por un Tánatos disfraz