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LA HUIDA

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  Bajo un cielo cargado de estruendos y luces que iluminaban con sus rayos la noche más negra de aquel mes de febrero, vino al mundo Valentino entre gritos de la madre, lamentos y truenos de un cielo que amenazaba con caer sobre aquella tierra dura como el pedregal. Pareciera que todo el conjunto unido quisiera ser una admonición de lo que sería a futuro la vida del muchacho. Valentino, nombre impuesto en honor a su abuela Valentina nada tenía que ver con su idiosincrasia pues desde que echó el primer diente quedó de forma manifiesta su endógena cobardía.  A medias de su crecimiento cuando el disminuido grupo de chiquillos que aún quedaba en aquel paraje pasaba las horas muertas entre riscos planeando batallas sin comando ni dirección, él, esperaba al abrigo de un matorral a que bajaran para volver seguro al pueblacho. La muchachería le regalaba en cada escapada una serie de epítetos a cuál más cruel gritándole en su cara lo extravagante de su acción —inacción, más bien— y lo poco

CÍRCULO SUSPENSO

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  …Y la muerte pasó de largo cuando el niño burló su autoridad insertando el último círculo de vida en lo que a lo largo de siglos fue la segadora de ilusiones.   El juego de la vida comienza entreverando los círculos en el devenir de los días hasta llegar al último aro. La inserción o no de este decidirá quién será el vencedor de la batalla.  

SILENCIO

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  Silencio que con su diletantismo enmudece los cañones.  Un silencio que pesa quintales. Un silencio con peso de pluma. El silencio atronador de unos labios cosidos a balazos. El silencio explícito de los ojos imposible de acallar cual órganos irreversiblemente enmascarados, y, sin embargo, recitan todos los versos que pudieran ocupar kilómetros de papel en blanco. El silencio azul de las nubes arcanas tras los andamios inhibidores cual pantallas ocultadoras del lienzo pintado en un firmamento gris, amargo, irredento. Silencio pesado cual losa marmórea. Silencio liviano de plumífero lecho. Silencio de cementerios de cuyos vacíos sepulcros se eleva el grito que jamás fue escuchado. Silencio limpio. Silencio cobarde, amordazador de llantos de hambrientas bocas que resuenan sordas, que enmudecen las balas criminales testigos de la cobardía de generales locos. El silencio de unos brazos alzados que gritan clemencia…el silencio traidor de la ráfaga de balas que los in

LIENZO EN BLANCO

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  Sábana blanca, dorada por la acción de la luz ondulante de los sueños. Sueño desierto, Sueño sediento, Sed de fulgor áureo y eternamente níveo. Invariablemente dorada luz perpendicular rodeando el lecho con sus refulgentes brillos, flanqueando el sueño de escapar por entre las ondulaciones del desierto de tu cama. Luz calma, Luz, calmado esplendor que agita el deseo de ser la franja dorada tornándose vestido que envuelva tu cuerpo. Desde mi fortaleza blanca, entre finas ondas de tierra dorada, en la espera de levantar el vuelo, un resplandor alba alumbra mi cama. Cual rayo de luz ilumina el sueño de lo posible mientras la luz pálida del amanecer me lleva hasta el confín de tu sueño. Los pliegues de mi lecho se alían con el fulgor que circunda el espacio y huyen para reposar en ti entre el brillo dorado del deseo Sábanas blancas bamboleándose ejecutan un baile mientras inician la huida por la ventana. Se unen a sus compañeras inmaculadas, guardianas del marco ventana

EL PARTO DE LA FRÍA ROCA

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  El parto múltiple de una roca: Una formación rocosa. Un alumbramiento inesperado. Una roca hecha mujer. Una mujer hecha roca. Un desierto de rocas. Una interpretación rocosa. La madre de todas las piedras. La abuela del pedregal. Las piedras madre, frías, ausentes. Al frío calor de una roca se acoge el gélido corazón de una mujer piedra. La roca dura. La roca dúctil. La roca engarzada. La roca rodante, la roca preocupante, la preocupada roca. La roca presa. La roca libre. La roca afilada de cuyo borde emana la sangre acumulada de los incautos que un día osaron tocar su filo. Roca desmayada. Roca, desmadejada en guijarros buscadores de asociación con su gris dentadura que asoma sus fauces al temerario saltador de peligros. Roca dura de tus ojos, envuelta en niebla se retuerce y, rueda en cascada muda. Mientras, el granito se desprende en duro polvo por el desfiladero donde gota a gota cae enmascarando su crudeza.    

EL SATURNAL SILENCIO DE LOS EMPLUMADOS

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Un chamizo de pajas y barro hecho con pretensión de casa, y, delante, un gallinero equiparable a lo que de ser cierta tal existencia habría sido el Arca de Noé . Un revuelto de bichos susceptibles todos ellos de ir al puchero con el añadido de ofrecer otra producción además de su carne. Acalia leía en los ojos de sus gallinas el estado emocional que les acompañaba en cada circunstancia, ya fuera el hambre por no recibir su menú a tiempo, ya fuera porque el gallo no les prestara la atención solicitada por las aladas o por el contrario, que se pasara de «atento» …Y ahí entraba Acalia en acción castigando al chulo con el aislamiento en una jaula hasta que las ganas de joder se consumieran. Poseían las emplumadas otro don: el de revelar el parte meteorológico a través de sus pupilas si bien este talento solo era percibido por su dueña. Acalia que en su vida pisó la escuela había adquirido todos sus conocimientos observando a sus animales. La mañana en que se celebraba la Saturnalia, a A

A LOS HIPOTÍMICOS NO LES GUSTAN LAS CROQUETAS

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  «A LOS HIPOTÍMICOS NO LES GUSTAN LAS CROQUETAS».   —A pesar de los hipotímicos que nos cruzamos ayer… ¡Qué bien se nos dio la tarde!    —1ª enrulada. —Yo me agencié dos pares de zapatillas, un chándal, tres fundas de móvil y un paraguas que nunca viene mal tanto si llueve como si no. — 2ª enrulada. —Por cierto, ¿y toda esa gente quemando la ciudad de que se quejaba?   —1ª enrulada. —De que no hubiera más días al año para celebrar la libertad de expresión. —2ª enrulada. —¡Qué guasa tienes Maripili! —1ª enrulada. ¡Brindemos por esto y por unas cuantas tardes más como estas, así, sin hacer croquetas!… Así me anuncian la llegada del post a la portada: ¡Felicidades! Tu publicación  A Los Hipotímicos No Les Gustan Las Croquetas  ha llegado a la Portada de Bloguers.net!

EL FINAL SOLO ERA UN NUEVO PRINCIPIO

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  El presunto propietario de aquellas huellas llevaba un calzado a todas luces inadecuado para el camino que pretendía hacer suyo. Una vez llegado al final del primer tramo, sus escarpines antiacuáticos influirían de tal forma que, el tramo final no sería cruzar el océano sino convertido por los hados en sireno, pernoctar en la vasta llanura abisal desde donde debería esforzarse en superar su machacona misantropía. Pero,…siempre el inesperado e invasivo  «pero», esa maldita entre todas las conjunciones adversativas creada para trastocar los más arraigados principios. Una embrujadora sirena aparece ante él…y… Nunca digas que jamás cambiarás. El universo se encarga de jugar por ti. 📷 Marc Riboud

TALASO

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  Talaso, siempre soñaba con agua. No conocía el mar. Había nacido entre pastos, praderas, montañas y valles poblados de animales, de los que hacen compañía y, de los proporcionadores de sustento a los habitantes de aquella comarca. Soñaba con agua. Soñaba cada noche con agua. Tan reales eran sus sueños que amanecía inundado para disgusto de la madre, desesperada ante aquel incidente diario. De su incontinencia nadie adivinaba el motivo ni nadie tenía el remedio que hubiera sido el consuelo de su progenitora. Talaso, como cada noche soñaba con agua. Talaso, cada mañana amanecía empapado.  Mientras, por el camino, a un lado y al otro, vacas, ovejas, cabras…pastaban con deleite; lo veían pasar ensimismado, siempre, siempre, pensando en agua… —Talaso, cuando cumplas doce años te llevaré a ver el mar. —Le dijo un día su abuelo. No pudo ser. Una tarde al volver de la escuela se topó con un grupo de plañideras a la puerta de su casa. De inmediato supo lo que había pasado. Se encerró en su cu

CASTILLOS DE AIRE

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  Al albur de una esperada era que, no terminaba por dar la cara decidió construir para sí un castillo que lo elevara a lo más alto del pensamiento hiperbólico.  Que desde las alturas consiguiera atisbar el yo. —¿Quién soy? —¿Por qué yo? Y, desde su aporía recorría de lado a lado la pasarela cual autómata hasta perder la conciencia de lo que rodeaba su construcción. Lanzó su erotema hacia el infinito y, el eco que siempre está ahí, al acecho, respondió con lo que para él sería otra aporía: «El mapa no es el territorio». El puente ascendía de forma lenta, pronosticador de tantos venideros días solitarios.

LA FUNCIÓN HA TERMINADO

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Las hordas de luciérnagas que, alumbraron las jornadas teñidas de luz hasta hoy, Se retiran intentado conservar su dignidad de farol al que se terminó por hacer luz de gas. Los niños vuelven a sus labores. Los mayores a las suyas.   Y, mientras, se viene el tiempo al que alumbrará la luz de los días y el de la nocturna luna. Hay un tiempo en el que luce una brillantez falsa. Y como todo lo falso su brillo se consume con el nacimiento de un nuevo sol. Un tiempo de suelos alfombrados espera al viandante por entre veredas hasta que, consiga alcanzar el sueño que, alumbra los rayos del astro abrasador. Con la noche cae el telón. La función ha terminado. ¡Esta  publicación  La Función Ha Terminado  ha llegado a la Portada de Bloguers.net! https://bloguers.net/user/Consuelo

POR EL AÑO QUE NO ESPERÁBAMOS

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  El grito de socorro que acompaña al final de un año espera ser escuchado con la expectativa de que el venidero venga a saldar los errores de su antecesor pasando por alto que la sordera es absolutamente contagiosa entre iguales. Dispuesto a cruzar la calle. Miras a derecha e izquierda: Nada. ¿Nada? En ese crucial momento alguien encaramado a una azotea lanza un monumental elefante. En el socavón quedan impresas su figura y la tuya como advertencia a futuros confiados viandantes.

MALÉFICAS TILDES

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Hay tildes clavadas en el tú de tu iniquidad enfermiza,  De un quizá en el que aquel día   intentabas acentuar una personalidad equidistante de la tuya. Hay tildes venidas a menos desde que tú las usas. Hay tildes para ti que no significan nada. Hay tildes en ti que se tildan cobardes a mano alzada. Hay tildes sin dueño.  Hay tildes capaces de acentuar tu alma. «Acentúo mis tildes a pluma levantada dejando un rastro de puntos suspensivos...»  

ATRICIÓN

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  El canto del gallo anunciaba el momento en el que, como cada mañana,   la primera encomienda hecha a su mayordomo era   la de lustrarle la conciencia. La quería resplandeciente, no fuera a enmohecerse por falta de uso. #Microrrelatando   consuelopérezgómez®

CALEIDOSCOPIO

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  Aquel día de amanecida gris perla agarró su copa sujetándola entre el pulgar el índice y el corazón y brindó por el sol batido en retirada. Y pensó que sus días al sol eran cosa del pasado. Y pensó que quizá el exceso de sol había hecho tal mella en ella que había conseguido anular otras capacidades elevándola a la senda desde la que descubrir otros astros. Y pensó que aquel vino llevaba inoculado el saber en su sabor de lo empíricamente aprendido. Y saboreó el amargo dulzor sentada al albor del día gris perla que parecía acercarse con una ración de escarcha.

HISTORIA DE UN CALCETÍN

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Llevaba más de cinco horas atado a la butaca de aquel pájaro volador. A su lado un tipo que parecía huido de un frenopático y, de cuya boca salía una frase cual mantra repetitivo que, acabaría volviéndole loco.  De su bolsa de viaje sacó una cajita con unos tapones de silicona para los oídos. Con ellos incrustados en el conducto auditivo seguía escuchando a su neurótico vecino. «Diez horas por delante de vuelo hasta alcanzar mi destino. Si esto no cesa creo que el que acabará en un manicomio seré yo». —Pensó Feliciano. Trabajo costó conseguir que el individuo encogiera sus piernas permitiendo con ello a Feliciano alcanzar el pasillo con la excusa de ir al baño. Una vez lejos de su asiento se dirigió a la zona de las azafatas: —Señorita por favor, le rogaría de rodillas si fuera necesario que, me consiguiera otro asiento. No puedo más con mi vecino, ¡Voy a enloquecer! La faz de la tripulante de cabina se contrajo en una mueca que a todas luces trataba de disimular la carcajada

LOS PIES DESCALZOS DE ALMA

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  Camina descalza. Sus displicentes pies no sienten el relente sobre el que se desliza. Su ablandada alma hecha de retazos de hielo deplora el frío de otro tiempo mientras aparta la idea glacial en su desplazamiento. La pista helada no resbala. Se desliza sin esfuerzo. El circuito helado refleja como un espejo otras vidas que, se escabullen a través de la niebla. No fue un sueño. Alguna vez soñó que flotaba dos pies más arriba del suelo. No fue un sueño. La niebla cubría aquella realidad soñada. Soñaba dentro de un sueño. Sus pies se elevaban un par de pulgadas por encima de la espejada superficie.  Detrás de la cortina opaca esperaba sentado en su poltrona un sol redentor. No fue un sueño.   

RÉQUIEM DE OTOÑO

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Noviembre cubre de réquiems la tierra con su alfombra de  hojarasca. Cada hoja marchita anuncia que, tras la impronta que va dejando el olvido de los pasos gravados en la tierra acecha en sosegada espera la primavera. Réquiem del agua que ahora brota cantarina con sus saltos al vacío. Réquiem de la música que nace de la hoja desprendida del dueño que la mantuvo durante dos estaciones y que no pudo retener. Réquiem que resuena tras los pasos que avanzan sobre la hojarasca. Réquiem por un noviembre cual canto premonitorio del verde que ha de venir y al que le seguirán otros réquiems cargados de esperanza. 

OLOR A OLVIDO

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  Inesperadamente por el ventanal abierto se cuela un olor conocido y olvidado. El olor que destilaba el agua donde mi madre iba mojando el peine con el que engarzaba mi pelo, organizando la trama de mis apretadas trenzas. Volver a través de olores perdidos. Volver a la niñez. Sentir que había unos brazos confiables donde dejar depositados todo el mal de las sombras que poblaban tu mundo interior. Sentir la seguridad que desde esa posición nada malo podía ocurrir. Sentir que el tiempo y el olvido se llevaron todo sentimiento de seguridad de aquel confortable nido, vacío hoy, lleno de un insondable vacío que, un día el abrazo, el más desinteresado abrazo desapareció entre la nube de recuerdos que, de cuando en cuando, se acercan para recordarte la protección que tuviste un día. Madre.  

REDENTORA LLUVIA #MICRORRELATO

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  Esperó el momento en el que la lluvia lavara cualquier vestigio de demora en la ausencia de su indómita sequedad. Lluvia seca que cala y borra el pasado brusco y húmedo que, en su día, inundó la tierra yerma del hoy.