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Mostrando entradas de junio, 2018

EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO

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Nunca le gustó discutir al tío Olegario, pero tenía por vecino de una finca rústica heredada de su abuela a uno de esos tipos que van buscándote las vueltas hasta que por cansancio o aburrimiento te encuentran. Las historias con finales felices ocurren en los cuentos de hadas, y, aun así, existen dudas razonables de que en algunas esto llegue a cumplirse. Amanecía. —Voy a acercarme a la finca —dijo en un susurro a su mujer que dormitaba al otro lado de la cama. —¿Llegarás a tiempo para ayudarme a matar los pollos? —preguntó ella. —De seguro que aquí estaré, no te preocupes mujer. —Contestó de mala gana Olegario. Camino de la finca se cruzó con otro de sus vecinos al que saludó de esa forma que solo las gentes de campo saben descifrar; gritan un ¡eh! a la vez que levantan el brazo como si quisieran tocar el cielo. En ese «¡eh!» va incluida toda una declaración de intenciones, no hace falta añadir ni un punto y coma. Al llegar al borde de su parcela se topó con el «incordia

CAVANDO TUMBAS

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Había pasado toda la noche cavando entre las tumbas. Su único deseo era tirarse de cabeza en la cama y despertar tres días después. Pensó en sus «inquilinos». ¿Qué se siente cuándo se deja de sentir? ¿Qué hay más allá de este lado? imposible saberlo —pensó. Lo más inquietante de todo era sentir que no podía apreciar la ausencia de sensaciones. Su madre no lo entendió jamás. ¿Cómo pudo unirse a ese grupo de mercenarios? Su hijo, aunque un poco introvertido, nunca fue mal chico… —¡Ay! De las malas compañías, de esas están las sepulturas llenas —se dijo. —De todos modos, nadie me echaría de menos… Olía a eternidad. Él, no lo sabría hasta llegar al agujero 12. Ahí tropezó con el camino que lleva a un destino compartido dónde los arrepentimientos están de más. A los pies de un hoyo profundo experimentó una rara sensación. Él, que se creía inmortal, en una de esas deshabitadas tumbas, se sintió igualado con el resto. —Esta podría ser mi nueva casa... ¿Y si no caváramos más tumb

CANADÁ FULL

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Alejandro, acababa de terminar arquitectura con buenas notas. Cursando la carrera asistió a la conferencia de un «refutado-televisivo-moderno-de moda», arquitecto. El tipo parecía salido de la película «El Gran Gatsby», todo repeinadito , reloj de los de cuatro cifras, zapatos italianos…  Una cosa positiva sacó de aquella anodina conferencia: el reconocimiento que puedas lograr adquirir, lo marcará en buena medida, tu destreza a la hora de trazar la raya de tu pelo…Nada baladí esta cuestión; a tener en cuenta por los recién licenciados, sino para añadir a su currículo, sí, al menos, para entender que, hay gente que puede vivir de su imagen como un rajá… Con su recién estrenado diploma se encaminó al temido cometido de: ¿Y ahora qué? Buscar en estudios de arquitectura; contactar con amigos y conocidos que pudieran arrojar algo de luz a esta ingrata tarea. La cosa pintaba peliaguda. A lo largo del doctorado se había planteado la posibilidad de instalarse en otro país. Nada le atab