MUJERES DE VUELTA Y MEDIA

Desde la entropía que es mí mundo, en un intento vano por instaurar una pizca de normalidad… ¿normalidad? ¿He dicho normalidad? …pues no, no es verdad. Necesito vivir al borde del ataque de nervios para sentirme viva. Sentir que me activo, que mí cuerpo y cabeza están espabilados. Una mañana de perros, al borde de infartarme. Contando de diez a cien, no he conseguido calmarme. A punto de perder el AVE a Barcelona. Agobio de Madrid y sus mecanismos atrapadores: retrasos, empujones, apiñamiento. Sensación real de falta de espacio en el mundo. He creído morir en el metro, sin miedo a caer por falta de espacio, tal hazaña imposible. No había suelo que tocar. Brutal vida en ésta jungla. Necesidad imperiosa de escapar de ella, huir en caso de necesidad a paraísos dónde el espacio abierto sea la línea que marque el pensamiento y la acción. Miedo que en ocasiones se apodera de nosotros, escondido, acechando, preparado para atacar al menor descuido. CALATAYUD : menos de una hora de

Lo vio pasar cómo pasan los sueños que no dejan rastro, y, a diferencia de ellos, la imagen quedó grabada a fuego en lo más profundo de su alma. Nunca como en ese instante sintió la «no pertenencia». Jamás compartieron espacio. El suyo era atemporal, infinito. Perfecta comunión de dos almas que se saben gemelas; ni el tiempo con su velo de olvido puede matar. Por esa pasarela infinita que son los sueños, sueños que no encuentran salida. Camina envuelta en velos que transparentan la vida que no encuentra salida a fuerza de ser acallada, amordazada. Que grita, que quiere clamar, que se desangra entre mil noches oscuras, en las que el alma vaga buscando moradas blancas. «Baila conmigo le grita a la luna».   Luna preñada de sueños desterrados, que otros soñaron, sueños de otras galaxias. Esos besos del alma que son el entrelazar de dos manos; manos besadoras, manos curadoras, manos amantes, manos que hablan. La luna entonó su blues; blues estrellado de un firmamento que se adivi

Viaje largo hacia una mezcla de culturas impresionantes. Si el viaje en sí, es la aventura, ésta lo ha sido por partida doble, quizá a lomos de un caballo romano hubiéramos acortado las horas. Pesadilla, sobre todo la vuelta. Cuándo en la era de la velocidad debes emplear seis horas de Madrid a Extremadura. Al final solo los buenos recuerdos y la risa terminan por salvar de tanto despropósito. Mérida: ¡Preciosa! de una riqueza cultural que deja alucinados a sus visitantes. Esa mezcla romana y cosmopolita con lugares de una belleza increíble, entreverados con lo más moderno y actual, muy bien estructurado, no desentona, se ha construido con cuidado de no distorsionar un patrimonio rico, muy rico. Calles, plazas, avenidas…con la constante sensación de estar en una gran urbe, pero sin los inconvenientes de ésta. EMBALSE DE PROSERPINA : el buen estado de conservación actual del embalse romano se debe a que, tras la caída del Imperio romano, además de su función de abastecimiento de