BOSÉ
Desde la entropía que es mí
mundo, en un intento vano por instaurar una pizca de normalidad… ¿normalidad?
¿He dicho normalidad? …pues no, no es verdad. Necesito vivir al borde del
ataque de nervios para sentirme viva. Sentir que me activo, que mí cuerpo y
cabeza están espabilados.
Una mañana de perros, al borde
de infartarme. Contando de diez a cien, no he conseguido calmarme. A punto de
perder el AVE a Barcelona. Agobio de
Madrid y sus mecanismos atrapadores: retrasos, empujones, apiñamiento.
Sensación real de falta de espacio en el mundo. He creído morir en el metro,
sin miedo a caer por falta de espacio, tal hazaña imposible. No había suelo que
tocar. Brutal vida en ésta jungla. Necesidad imperiosa de escapar de ella, huir
en caso de necesidad a paraísos dónde el espacio abierto sea la línea que
marque el pensamiento y la acción.
Miedo que en ocasiones se
apodera de nosotros, escondido, acechando, preparado para atacar al menor
descuido.
CALATAYUD: menos
de una hora desde Madrid. Hay progresos que merecen la pena y retrocesos que, a
través de prohibiciones cómo lo son ciertas normas gubernamentales nos llevan a
la desesperación. Entre tanta evolución bien podría habilitarse un cubículo
para fumadores —recaudación de impuestos sobre el tabaco— para que un viaje de
tres horas no se convierta en un ataque de ansiedad continúo…
15:50.
ZARAGOZA…Poco más de una hora desde Madrid.
Escuchando Rolling Stones.
Invitación a la vida, qué me
sorprenda con esos momentos que merecen la pena ser vividos a través del
recuerdo en el transcurrir del tiempo dotamos de sublimidad de la que fueron
desprendidos.
Mañana será el gran día que tú
decidas que sea. Será lo grande que quieras hacer de él.
Todos los paisajes tienen algo
en común. El mundo es inmensamente parecido: ríos, mares, montañas,
colores…Mismo lienzo que cada autor va cambiando de color, pequeños matices de
disposición. Ingredientes: los mismos.
«No
sé por qué te quiero… será que tengo alma de bolero»
16:55. Precioso paisaje de
montañas verdes.
Viaje molesto: ¡personas
ruidosas! ¡Todo se mueve, hablan…ruido! Echo de menos volar, mucho más cómodo.
¡Paz, tranquilidad, quietud! ...y no éste gallinero que es el AVE.
17:06. ¡Estación de SANT, Barcelona! ¡Happy!
Llegada al Hotel: predispuesta
para la que se avecina. Minutos de relax y, pletórica, ¡Al SAN JORDI!
¡Emoción! Precioso todo el
entorno y sorpresa de encuentro en la explanada con dos hombres divertidos,
geniales, espontáneos. Sesión de fotos, entrada al recinto: ¡espectacular!
BOSÉ:
¡AMOR, AMOR, AMOR! No me cansaré de repetir: AMOR CON MAYÚSCULAS, más que nunca.
Emocionando, emocionado. Miles
de personas en esa unión-comunión que solamente crea la música; sentimiento
compartido de cientos de almas en un puro disfrute; sensaciones que llevan al
éxtasis de los sentidos, pura magia compartida con ÉL, qué llena el espacio, trasciende el lugar…AMOR, AMOR, AMOR…
¡AMOR,
QUE NOS REGALA LA VIDA!
Noche inolvidable, cargada de
buenas vibraciones, disfrutando de Bosé cómo nunca hasta ahora lo había hecho,
en compañía divertida, con un San Jordi vibrante que quiere mucho a Bosé y lo
demuestra, yo, compartiendo esa emoción.
EL
CONCIERTO:
Despliegue de fantasía,
espectáculo sublime dónde ÉL, brilla
como la estrella que es. Emociona, encandila y me llena de una energía a la que
recurrir en momentos de necesidad. Mi mundo Bosé: hace que crea que la magia es
posible, que los sueños lo son si tienes el convencimiento y las ganas de
perseguirlos.
Bosé: bailando, cantando,
andando…clase magistral de elegancia natural, de esa que el dinero no compra.
Vida plena de arte alcanzado. Madurez espléndida que refleja en sus canciones.
Lujazo el equipo que lo acompaña. Puesta en escena: magia.
La compañía con la que tropecé,
¡inigualable! Divertidos, amables, amorosos. ¡Me trataron como a una reina!
Noche de emociones y risas compartidas, para no olvidar.
¡Benvinguts!
Barcelona:
¡wonderful city, Energy!
«Esta noche que me pierde se resiste a ser
mujer y conquista mis camisas con el tacto de su piel».
«Hacer
por hacer» —Bosé—
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.