EMERITA AUGUSTA


Viaje largo hacia una mezcla de culturas impresionantes. Si el viaje en sí, es la aventura, ésta lo ha sido por partida doble, quizá a lomos de un caballo romano hubiéramos acortado las horas.

Pesadilla, sobre todo la vuelta. Cuándo en la era de la velocidad debes emplear seis horas de Madrid a Extremadura. Al final solo los buenos recuerdos y la risa terminan por salvar de tanto despropósito.

Mérida: ¡Preciosa! de una riqueza cultural que deja alucinados a sus visitantes. Esa mezcla romana y cosmopolita con lugares de una belleza increíble, entreverados con lo más moderno y actual, muy bien estructurado, no desentona, se ha construido con cuidado de no distorsionar un patrimonio rico, muy rico. Calles, plazas, avenidas…con la constante sensación de estar en una gran urbe, pero sin los inconvenientes de ésta.

EMBALSE DE PROSERPINA: el buen estado de conservación actual del embalse romano se debe a que, tras la caída del Imperio romano, además de su función de abastecimiento de Augusta Emerita a través del Acueducto de los Milagros, el lago artificial ha sido siempre una popular zona de baño y recreo, por lo que se continuó cuidando y modificando. Impresionante el acueducto kilométrico desde el embalse a la ciudad.

TEATRO ROMANO: Deslumbra toda la arquitectura de esta ciudad; reflexionando sobre cómo podían llevarse a cabo sin los medios actuales tales obras. Viajar en el tiempo, tratando de imaginar cómo serían esas sesiones de teatro en la época de Trajano, o los espectáculos de gladiadores, fieras devorando cristianos…

El peristilo del teatro, zona ajardinada ubicada detrás de la escena es otro lugar para disfrute y reposo.

Han quedado sitios pendientes, pero Mérida bien merece otra visita para seguir por sus empedrados, entre su historia y el tiempo presente. Un puente que me impresionó y me dejo enamorada: Puente de Lusitania. Cada vez que lo cruzamos sentía la sensación de estar en Manhattan.

Queda mucho por recorrer y relatar.

Como buena tierra de conquistadores que es, nos recibieron y trataron de maravilla. Desde aquí agradezco la hospitalidad de Antonio y su generosa acogida. Ha sido todo un lujo contar con su amistad, descubrir lugares e historia por la que nos ha paseado de manera espléndida. ¡Ese pestorejo! ¡qué bueno! Otro descubrimiento: mención especial a cerveza negra artesanal extremeña, —un olvido imperdonable, me olvidé traer—… ¡tengo que volver por ella!

Días para recordar, acumulando buenos recuerdos y sensaciones. De eso se trata y en ello seguimos.

Gracias por lo compartido.

 «Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría».

—Séneca—

 






















«Si te vas»
—Extremoduro—







Comentarios

Cuentos chinos

EL ÉXODO DE LA PALABRA

LOS ABRIGOS DE ENTRETIEMPO

SI TE HE VISTO NO ME ACUERDO

LA HUIDA

NO HAY COLEGIO EN EL FIN DEL MUNDO

CÍRCULO SUSPENSO

INDIGENTES INTELECTUALES: LA SIEMBRA

TIRAR LA TOALLA

EL OJO DE LA CERRADURA

EN EL PAÍS DE LOS JAMONES UN CERDO ES EL REY