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Mostrando entradas de febrero, 2022

OFENSA

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De las piedras sacudidas brota un grito descompuesto, el martillo golpeando su cara desgastada abre grietas ya lañadas. La tierra llora el fruto de su alumbramiento, abortado por una bala que se perdió en el abismo de la insolencia tornando el cielo estrellado en una noche negra. Ella, sumida en su incontrolable hipotimia, ya no lloraba. Ya no reía. El zumbido metálico de mil pies sobre el barro, transitando hacia el abismo, nubló el cielo de gris a violeta. Mientras, el ciempiés de acero aniquila la primavera, trasmutando su verde alfombra en humeante rojo. Una madre llora. Sus hijos malparidos, esparcidos sobre un campo de crisantemos.

SIN ADITIVOS

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Nada como arribar en un caleidoscopio con la percepción desconocedora del arcoíris. En blanco y negro cualquier escena, cara o situación, mejora. Es como si este binomio fuera capaz —de hecho, lo es— de ocultar defectos mejorando para la situación que corresponda el resultado que se persigue. Además, a este enfoque puede añadírsele otro no menos interesante: el de las personas agua; a saber, reúnen las cualidades de este mágico líquido que, si bien en el fluido son un bien, en cualquier individuo adornado por esta cualidad  convierte al mismo en un ser anodino: «incoloro, inodoro e insípido». Hay quienes pasan la vida buscando a esta clase de sujetos, quizá de forma inconsciente claro, y, es que para según quién, resulta muy cómodo lidiar con mentes lasas que no ofrecen resistencia por razón de la materia de la que está construido su sistema neuronal. El discurso creado por siglos de unos magos venidos de Grecia a los que se denomina sabios, nos ha llevado por los derroteros de u

UNA CANCIÓN PRESUNTUOSA, ASONANTE Y DISCORDANTE

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Creo que Caperucita fue el artífice de acrecentar la mala fama del lobo. Es posible que ella no fuera vegetariana. Creo que los siete enanitos y Blancanieves se confabularon para aniquilar la creciente venta de manzanas que amenazaba con desecar las plantaciones de árboles frutales. Creo que los príncipes azules son el invento de unas niñas tontas alienadas por el cine, la publicidad y unos esperpentos de reciente acuñación llamados «influencers». Creo que las brujas hacen una labor indispensable aliándose con dragones y mandando al carajo «cosas» nefastas, desfasadas y contraídas. Creo que el idilio de Tarzán con una mona fue un sueño del interfecto. Creo que el Cid Campomatón , es en realidad un trampantojo… No creo en los reyes denominados « católicos » que como buenos ídem, masacraron todo lo que se les puso a tiro… Creo que las pretendidas enseñanzas o moralejas de «El Principito» son una recopilación de cursiladas pretendiendo una brillantez que les es ajena.

LA REBELIÓN DE LAS REMOLACHAS. UNA FÁBULA, UN CUENTO CHINO Y UN TONTO MUY TONTO

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Aquella mañana en que como cada día el sol estaba despegando por el este, Edelmiro tomó sus aperos, los cargó sobre Cadalmiro , su pollino, y enfiló cuesta arriba hacia el campo de su propiedad. Ya de lejos medio divisa una sombra apostada contra el mojón que señala el límite de su finca. A medida que va acercándose se frota los ojos de los que cae una legaña que piensa es la culpable de la visión que tiene ante él. Un señorito con pintas de querer guardar su apariencia, disfrazado de campesino de salón, está apostado contra el cantón. Edelmiro haciendo gala de esa férrea educación castellana se apresta a dar los buenos días mientras hace una radiografía del pollo en cuestión. —¡Buenos días, buen señor agricultor! —Comenta el engominaó. —Buenos son, si no viene nadie a joderlos. —Contesta Edelmiro. —Y, ¿podría decirme que es lo que tiene aquí plantado? —Remolacha es, o será cuando tenga a bien brotar. Y, ya puestos ¿Quién es usté y que hace aquí? Porque del pueblo no es, y

TENGO GANAS DE VOMITAR

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Benita ya no sabía qué hacer con su hija Berta. Berta, llevaba vomitando desde el día en que abandonó la cuna, en una desesperante y agotadora propulsión de materia líquida, inundando la casa con una capa gelatinosa que Benita no conseguía ya eliminar. Esta se adhería al suelo, a las paredes, al techo en ocasiones, formando caprichosos trampantojos cual antónimos de arte. Benita comentaba el caso con su amiga Adela, aposentada en Suiza desde que terminaron la universidad; se había casado con un médico suizo que aterrizó de Erasmus por estos lares. —Estoy desesperada Adela, de verdad que ya no sé qué hacer. Ningún médico ofrece solución a lo que sea que le esté pasando a Berta…ella está exhausta de tanto vómito, y yo, derrengada ante tanta excreción.   —Hablaré con Nico, seguro que él conoce entre sus colegas a alguien con conocimientos de casos parecidos. Te llamo y te cuento. Según pasaban los días Benita se iba impacientando cada vez más en la espera de una respuesta que an

VIAJE AL FIN DEL MUNDO POR UNA AUTOPISTA NEURONAL SIN MAPA

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«Un viaje al infinito»; había titulado para sí la aventura a la que iba abocarse una vez hubiera terminado los innumerables trámites que se necesitaban para el viaje que le llevaría diez mil kilómetros desde su origen hacia lo que a él se le antojaba como el final de la tierra. Llevaba años programando el periplo para el que siempre encontraba un motivo de aplazamiento. Pelayo Turismundo Sobarbe aterriza recobrando la paz al fin, porque hubo más de un momento en el que pensó que no saldría vivo de ese montón de hojalata al que llamaban avioneta. Tomó tierra en lo que eufemísticamente los lugareños han bautizado como aeródromo, pero que en realidad es una senda de barro y arena con puertas a una gélida llanura. Carga su macuto mientras atraviesa cientos de kilómetros de suelos helados por aquella estepa hasta hoy oculta y desconocida para él. Desde niño fue espantadizo, aunque lo que más miedo provocaba en él era lo que recorría sin parar su cabeza, formando elipses en bucles de nub