CREDO
Creo en Facebook Todopoderoso,
creador de escuelas para tontos.
Creo en Twitter, su hijo,
señor de sanatorios mentales que, fue concebido por obra del cerebro que se «forra»
a costa de la alienación de mil y una tribus.
Este actor no padeció bajo el
poder de Pilato alguno. Ancho era su reino.
Si en alguna ocasión
accidental fue sepultado, resucitó entre trompetas y, sigue sentado y asentado
a la derecha del ojo que todo lo ve.
Desde allí juzga a vivos,
moribundos y catárticos.
No creo en el perdón de todos
los pecados cometidos a través de estos cauces.
No hay comunión ni
resurrección posible, ni mucho menos vida eterna para estas legiones.
El juicio aquí es común,
diario, sin final; con presencia y representación absolutas sobre lo que dicta
la doctrina cristiana en los siete pecados capitales.
Seguidora de las leyes de la
iglesia no soy. Traigo esta relación a cuento —o a cuenta— de explicar todos
los vicios —dialécticos, sobre todo— que sufrimos a diario en las bien llamadas
«redes».
Lo conveniente está en no
traspasar según qué aguas y evitar ser pescado.
Amén.
«Los
7 pecados capitales conforman el conjunto de vicios o defectos psicológicos que
los seres humanos tienen en su interior».
—Tomás
de Aquino—
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.