IRREVERSIBLE
Es posible que los peces beban
agua, que la muerte sea reversible, que contenga un reverso invisible a la
vida; es posible que una cebra pierda sus rayas en la carrera por sobrevivir a
las amenazas que su hábitat plantea, también cabe la posibilidad de que las
recupere en la bonanza de su escondite. El mundo animal revela una serie de
enseñanzas ocultas a la mente humana que, es la más irreversiblemente zopenca y
que debería aprender de la racionalidad de las fieras.
Los hay irreversiblemente
cretinos; en su falta de lucidez, ignoran su condición, con lo que la
reversibilidad de tal cualidad se muestra imposible por razón de la materia.
Me uno a la irreversibilidad
de los paraguas que consiguen cambiar la dirección de la lluvia. A la de los
abrigos que ahuyentan el frío. A la ética robusta que no flaquea ante ningún
vendaval…pero, sobre todo, me agarro como un gato al salvavidas de mi
irreversibilidad inalterable que me impide cambiar de camisa por más que la
ocasión pudiera requerirlo.
Todo y nada son conceptos
susceptibles de mutabilidad, héroes y villanos terminan por compartir aquel
remoto campo donde se batían espadas en alto, hoy, convertido en campo de
verbena.
Igual que a una funda de
mullido almohadón se le da vuelta, así mismo se voltean conciencias, juicios,
estatus y poderes que en su imperturbabilidad creyeron ser inamovibles, o peor:
inmortales.
Ejemplos hay a lo largo de la
historia: César asesinado en el Senado, víctima de una
conspiración orquestada por un grupo de senadores opuestos a sus ambiciones
autocráticas. Calígula: muchos senadores estaban al tanto del plan para
asesinar a Calígula, pero ninguno hizo nada para evitarlo.
En el juego del parchís el
adversario que viene detrás de tu ficha la fagocita y se cuenta veinte,
treinta, cuarenta tantos…para al final caer en el pozo permaneciendo en él
otros tantos turnos sin mover chapa… mientras, tú avanzas hasta la meta y ganas
la partida... ¿Irreversible? Ni el juego lo es ni nada puesto sobre la tierra
es inapelable…
En eso que la historia tiene
de irreversible puesto que, parece empeñada en demostrar que es circular, es posible
que los Césares y Calígulas del hoy tengan el mismo
invariable final.
Todo está escrito, no hay nada
que no sea susceptible de ser transformado.
Hasta la anatemática
inquisición tiene su punto y coma reversible.
Al final, solo cambian nuestras prioridades, que encima, son las de siempre por mucho que el tiempo pase. Por lo tanto, a lo mejor es que no cambian, después de todo.
ResponderEliminarCreo que has dado en la diana. Gracias por tus comentarios que siempre me aportan otra vía que quizá yo había pasado por alto. ¡Saludos!
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