Mujeres del pasado, presente, futuro…con un común denominador que las hace indivisibles: “Mujeres de vuelta y media”; de vuelta de tanta opacidad, de tanto gris, de tanta decepción. Venciendo obstáculos a través de una sonrisa que las redime.
Hay un pobre que espera, que posa su mirada perdida en los pasos de los caminantes aquellos que pasan inadvirtiendo su presencia. Hay un pobre que un día lo perdió todo. Hay un pobre que ya nada necesita. El bebé en su carrito fija en mí su mirada, una profunda mirada, Quizá, Solo quizá Pueda ver en mi interior. Nadie sabe hasta dónde alcanza el poder fantástico de un bebé. Agua irredenta cae con la intención de redimir oscuras conciencias. Agua que solo debiera caer sobre las almas negras. Uno de diciembre. Parece que fue ayer ese otro «uno de diciembre» pasado, pero no. Otro diciembre viene a comerse el año y no hemos avanzado nada. Los derechos humanos: torcidos. Siguen pendientes de un hilo transparente, frágil, casi roto… *Imagen: #Hopper
Érase que se era un castillo encantado en el que habitaba el Gran Dragón Devorador Del Tiempo . Tres personajes ilustres custodian los Tesoros encerrados bajo cien llaves que, quedan así ocultos a los ojos de quienes no saben ver. Yo he visto sus figuras flotando a través de los entresijos de aquel Castillo Encantado. …Y fui feliz… Dedicado a ellos: Carlota Aoki Antonio Garaigordobil y Raquel de las Torres Altas RAQUEL DE LAS TORRES ALTAS Una mariposa multicolor Pasea por el ministerio del tiempo Que fue Que es Y Que será… Y deja en el aire Al batir de sus alas un halo con sabor a miel. Cascabelea su risa mientras una voz proveniente de las catacumbas Se hace presente en el mantra que traspasa los muros: «¡Ay Raquel! ¡Raquel! ¡Quién pudiera abandonar las sombras para disfrutar de cerca tu risa!» …Y Raquel ríe, Ríe más fuerte Conocedora de que hay sombras Más presentes que ciertas presencias. RÍE, AMA, VIV...
Hay algo en la súplica de desprotección en aquel que la practica. El miedo se adueña del ser suplicante y baila con él un minué en un estanque helado que se resquebraja al mínimo contacto. Detrás de los ojos del implorante habita escondida una súplica silenciosa por miedo a que la claridad desvanezca el propósito primero. Suplicar es rendirse ante el enemigo invisible que ostenta el poder. La súplica lleva el incombustible disfraz del miedo que no es otro sino el de un bajo amor a sí mismo. Hay quien suplica amor como si estuviera pidiendo unos zapatos nuevos para presumir en la feria. Hay quien simplemente suplica por un techo y un plato de comida: estos han perdido el miedo; el miedo quedó engarzado en la imperante necesidad del subsistir. La tabla del debe y el haber ha de contener un equilibrio. O mejor: un desequilibrio en el que, el debe, gane en esta ocasión al haber. «Debo todas las suplicas de cien años de existencia por no haber suplicado ni cuando quizá, solame...
Un niño sueña. Sueños de pájaros fríos como el metal del que están hechos... Sueña con el rescate. Sueña con el viaje que ha de transportarlo a otros mundos a otros colores. A otros olores. El pájaro vuela sobre la cabeza del niño. En el aire sólo queda prendido el olor de la desesperanza.
Después no digan mis amigas que sufro de exceso de amor propio, (no queda otra alternativa que la de quererme a mí misma). ¡Qué queréis si tengo un Cupido qué ni con la Metadona se recompone!... Es muy tonto, muy tonto, pero que mucho, dispara flechas de forma unilateral. A saber: en contra de mí, —quiero decir contra mí—, quiero decir: ¡Qué solo me dispara a mí! y, así me tiene, loca perdida. Me pregunto: ¿será daltónico o estrábico o algo?... A ver, «majete», flecha para mí, vale, bien...pero, al «contrario», también, que me tienes aquí a la espera de que haga efecto el pronóstico del horóscopo, (esa es otra). Yo, debería vivir en una nube de ensoñación con una serie de cosas que, no conozco, si no fuera por la aportación peliculera... ¡Ay dios! que parece ser, que el tal Valentín, era un cura muy bueno que estaba por el amor y en contra de la guerra. Pero, ¿De dónde sale Cupido? Cupido, según Séneca, es hijo de Venus y de Vulcano. Venus se preocupaba porque su hij...
Hacer el bien sin esperar nada a cambio, ¿Esto qué es? —Se preguntarán en mil y una tribus a día de hoy—. ¿Es éticamente imprescindible? ¿O lo prescindible sería hacer el mal, con lo cual toda esta carga dialéctica sobre moral, ética y costumbres queda para los estoicos, socráticos o aristotélicos? Para entender la diferencia entre bien o mal hay que leer a los clásicos. Igual no se aclara nada, pero entretienen… El ético ¿Nace o se hace? Pues está claro. Dependiendo del tipo de sociedad en que le toque aterrizar; supeditarse a valores que esté dispuesto a defender, someterse a sus sentires. Su estética irá acompañada de la correspondiente ética —o no— en este mundo de ideas —de idas y venidas— es muy fácil perderse o equivocarse. Lo importante es no perder la orientación. Cada cual que se fabrique su brújula o sus bastones… ¡Qué queréis qué os diga! …de todo lo leído —tampoco tanto— hasta hoy, me quedo en el jardín de Epicuro. El Jardín ofrecía un lugar tranquilo, alejado d...
El alambre llora su destino. Él, que es bueno, implora otro cometido otro porvenir. Él, no quiere servir los mandatos de su amo. Él sacude sus lágrimas sobre los ropajes deshechos arrojados sobre sus púas. Una paloma teñida de napalm se estrella contra la aguja. El alambre llora; la tierra negra.
Cada paso dado sin mirar atrás lleva la impronta de un aterrador miedo. Detrás de cada huella una sombra acecha. La pisada acelerada, La sombra se deshace de su disfraz. Sangre en la acera que refulge a la luz de la farola. Ruido de sirenas. Murió el miedo que no le permitía vivir. El vespertino del día después lleva impresa la crónica de una muerte anunciada.
Una hora. Un minuto. ¿Cuánta vida cabe en un minuto? En la última hora de la última tarde desde la que el verdugo atemporal impone el final de un tiempo que ya no es. El último estertor del minutero rompió en pedazos las horas caducas que un obsoleto guardián custodia entre sus entretelas. Mi publicación La Vida De Un Minutero ha llegado a la Portada de Bloguers.net https://bloguers.net/user/Consuelo/history
Siempre son los niños lo más importante. Son el relevo de lo viejo y tendríamos que enseñarles a no cometer nuestros errores, cosa que no se hace.
ResponderEliminarPero ellos son muy inteligentes y aprenden a no imitarnos. (Eso creo). ¡Saludos!
EliminarLos niños son inteligentes hasta que el tiempo los malogra haciéndolos adultos.
ResponderEliminarEse es el gran hándicap. ¿Quizá una vacuna que evite acumular años? Gracias, Rodolfo por tus comentarios. Un abrazo.
Eliminar