Mujeres del pasado, presente, futuro…con un común denominador que las hace indivisibles: “Mujeres de vuelta y media”; de vuelta de tanta opacidad, de tanto gris, de tanta decepción. Venciendo obstáculos a través de una sonrisa que las redime.
El sueño del mar. El mar tiende una alfombra de espuma, Sueña con una mujer de rojo. La ama, la abraza, la acuna entre sus olas. Ella sueña con el amante que la está esperando. Sueña con rumor de agua. Sueña con la dulzura de un lecho esponjoso. Sueña con peces y con caballitos de mar. Sueña con mareas que empujen su cuerpo vestido de rojo hacia el amante fiel que no ha de abandonarla. Mi publicación « El amante » ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
Una espina viajera del tiempo se me ha clavado en un ojo. Mi retina ciega se niega a seguir contemplando el aquelarre de fuegos artificiales en honor de unos seres ansiosos por derogar la invitación a la fiesta del horror. Otra gala inmunda se celebra en los aposentos de los organizadores del artificio destellante que, cae ya sobre lo mancillado. Un silencio atronador ha relegado al olvido los llantos, los gritos de un conjunto de seres; solo el silbido de una bala perdida que no encuentra ya donde hacer diana rebotará contra el muro de aquel silencio cómplice. The war of silence. Mi publicación War in the war ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
Sentada en el centro del sendero empedrado Cora esperaba el porvenir. No sabía con exactitud qué era lo que realmente esperaba, pero, aun así, esperaba lo inesperado fuese esto lo que quisiera ser. Y en la espera encontró algo de lo que no había sido consciente hasta ese momento, encontró la paz perdida, el silencio perdido, la quietud de las cosas intangibles, la plenitud de ser un ente en medio de la naturaleza… Una sombra al final del camino cual linterna aparecía encendida en su imaginación alumbrando deseos inciertos. La voz que acompañaba a la imaginaria visión invitaba a Cora a abandonar su acomodaticio asiento y seguir camino. Había no obstante otra fuerza que, la mantenía pegada a la poltrona consiguiendo así tumbar todo esfuerzo que hiciera posible despegarse de aquel lúgubre emplazamiento. Cora soñó con un camino infinito. Soñó que el infinito se acercaría a ella y vendría a su encuentro. Lo que Cora no soñó fue la posibilidad de que otros caminos existentes pudi...
El ruido de las cortinas que su «tata» descorría con un sutil movimiento cada mañana, acabó por despertarla de la pesadilla en la que llevaba atrapada toda la noche. —Señorita, su mamá la espera en el comedor, debe darse prisa si quiere evitar su enfado. —No, no voy a levantarme, hoy, no. En el comedor, la madre repiquetea una campanilla de plata. Dependiendo del movimiento que se aplique a la misma, el sonido puede ser, de prudente llamada o de apremio inmediato. La tata se encamina ligera hacia el comedor donde se topa con el careto de la señora que, por su expresión, no presagia nada bueno. —¿La señorita está dispuesta? —Sí, señora. Bajará en un momento. —Mintió la tata para esquivar el escopetazo. Diez minutos después, Ada, no había dado señales ni de vida, ni de muerte. La señora de la casa agarró la campanilla como si al apretarla quisiera más que hacerla sonar, propinar su desintegración. Cuando la sirvienta apareció atemorizada delante de sus ojos, la orden...
Camilo venció la hoja en blanco contando la historia de cómo ésta le había derrotado. Un trueno seguido de otro y otro y otro…llevaba toda una semana sin parar de llover; las tormentas se sucedían e inundaban cielo y tierra de un gris amarronado, clavándose en la sien… La botella medio vacía al igual que las ganas de salir en busca de repuesto. El cenicero a rebosar; una alfombra blanca a sus pies sin un resquicio por el que asomara ni una baldosa para corroborar que allí, una vez, hubo un suelo. El piso cubierto de papeles, lo que se dice el antro de un escritor que no escribe, al que la hoja en blanco le tiene agarrado por los huevos y no le suelta ni en noches de tormenta ni en días soleados. Eso que llaman inspiración con la que son bendecidos algunos ilustres e ilustrados nacidos para escribir, a Camilo, le traía por calles cargadas de amargura…«No todo tiempo es perdido», se decía de cuando en cuando para sentir el alivio exculpatorio de su hoja tan pálida como un muerto. C...
Lilit acostumbraba a frecuentar los antros más sórdidos de la ciudad, cada noche, cada día del año sin perder ripio, entregada en ese cuerpo sin alma que era el suyo se dejaba llevar por entre nubes de sueños que, para ella, formaban parte de una realidad auténtica. Los pies dañados, las medias rotas, el pelo desmadejado, paso a paso, a trompicones consiguió alcanzar la parada del Búho N9. A lo lejos desde su paranoia creía escuchar el ulular del pájaro metálico mezclado con el batir de unas alas de hojalata. Eran las 24:59 horas de un día tenebroso. Lilit despertó cinco horas más tarde rodeada por una intensa niebla negra que impedía ver la llegada del Búho N9 sin que pudiera adivinar que estaba parado ante sus narices. El Búho partió batiendo alas. Lilit permaneció en la parada esperando a ese insolente pajarraco que no se dignó aparecer. Días después cuentan sus vecinos que la vieron presentarse hecha una calamidad con su ropa completamente destrozada, sin zapatos,...
En el verano de 1987, Daniela, conoció a «alguien» lo más parecido a un ídolo de barro. Cuando su madre le preguntó: —Daniela ¿Por qué no paras un poco, hija mía? Y la verdad, llevaba un verano de locura, de un ir y venir que ya no distinguía si iba o venía. Dormía en Singapur y despertaba en la Patagonia. De tanto mover sus pies por el mundo adquirió el don de aceptar lo que algunas personas calificarían de rarezas, como las cosas más vulgares de un día a día sin promesas. —¿Dónde esta vez? ¿Queda algún lugar en el globo que no hayas pisado? —volvió a la carga la madre. Ella sabía que la mejor respuesta era el silencio para no entrar en bucle en una conversación sin sentido y sin final. Por toda contestación añadió: —«Queda…queda…vaya si queda». Terminó de organizar su mochila. Con un sencillo y corto abrazo se despidió. En la puerta de calle esperaba el taxi que previamente había contratado por teléfono. Aterrizó en Hanói de madrugada. Recogidos sus escasos bártulos ...
El cosmos envió a su lacayo con una imperativa señal roja: «Prohibido el paso a toda aquella persona animal o piedra ajena a la insustituible ética requerida para transitar por la siguiente carretera. Además, se añade la premisa hecha sobre el derecho de admisión que conlleva el consiguiente rechazo a la mentira, impudicia y sarcasmo disfrazado de verdad». Caminante inexperto después de haber avanzado por mil millones de leguas con unos pies inadaptados a la tierra. Caminante ansioso vagando por equívocas sendas intransitadas, que se alían para confundirlo y desviarle hasta cambiar la dirección de su andar. Sin previo aviso, de la forma más inesperada baja una señal que detiene todo el proceso anunciante de múltiples caminos, con la advertencia de que no siempre el elegido es el mejor, el real, el conveniente. El caminante da un giro a su pensar. Recapacita. Vuelve sobre sus andares y en el punto de salida encuentra un nuevo comienzo otro camino entre las espadas dormidas...
En un universo para lelos cualquiera puede ser rey. En un universo paralelo un bicho ha provocado lo impensable y, hoy toda una legión se pasea con un «sombrerohueveracriapollos» que, además de la protección consabida del artefacto, proporciona la cena, la comida de mañana, o en su defecto, una invitación a esa vecina que eructa sapos. Los huevos de tanto ir a la intemperie expuestos al sol implacable del mediodía, se autoincuban en los paseos de sus propietarios. Entre tanto, estos, sentados al pie de lo que en un universo para lelos se denomina «bar» esperan el milagro de ser nombrados reyes de los anidados. De su cabeza brotan pollos, pollitas y polluelos… —¡Ay! ¡Otros tres! No puedo más… ¿Dónde voy a meter tanto pollo? El machacante pío, pío, pío …no da tregua. No hay paralelismo con lo que fue y lo que nunca volverá a ser… Pío, pío, pío …qué yo no he sido… «La felicidad en un universo para lelos es esa cosa con plumas».
*(Condicional perfecto del verbo ser). Hoy el mundo huele un poco más a podrido, a carne quemada, a la soledad habitada por el silencio y el olvido. Es un tufo nauseabundo que va conquistando territorio. Tal vez un día nos de alcance, tal vez un día se siente repantingado en el sofá de nuestras casas. Quizá haya empezado ya a tomar posición. Una paloma herida derrama lágrimas de sangre desde el palomar que un día fue su casa hasta el derrumbe que luce hoy. Ríos rojos de lágrimas. Ríos que gritan su cobarde silencio. Ríos que perdieron la virginidad de sus trasparentes aguas. Mundo inmundo. Mundo que ya no es. Los jardines emigraron. Solo quedan los solares deshabitados otrora verdes. Palomas negras, como cuervos disfrazados. —*Yo, tú, nosotros…habríamos sido si nos hubieran dejado ser…— MI publicación Invisibilizaciones ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
Siempre son los niños lo más importante. Son el relevo de lo viejo y tendríamos que enseñarles a no cometer nuestros errores, cosa que no se hace.
ResponderEliminarPero ellos son muy inteligentes y aprenden a no imitarnos. (Eso creo). ¡Saludos!
EliminarLos niños son inteligentes hasta que el tiempo los malogra haciéndolos adultos.
ResponderEliminarEse es el gran hándicap. ¿Quizá una vacuna que evite acumular años? Gracias, Rodolfo por tus comentarios. Un abrazo.
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