UNIVERSOS PARA LELOS
En un universo paralelo un
bicho ha provocado lo impensable y, hoy toda una legión se pasea con un «sombrerohueveracriapollos» que, además
de la protección consabida del artefacto, proporciona la cena, la comida de
mañana, o en su defecto, una invitación a esa vecina que eructa sapos.
Los huevos de tanto ir a la
intemperie expuestos al sol implacable del mediodía, se autoincuban en los
paseos de sus propietarios.
Entre tanto, estos, sentados
al pie de lo que en un universo para lelos se denomina «bar» esperan el milagro de ser nombrados reyes de los anidados. De
su cabeza brotan pollos, pollitas y polluelos…
—¡Ay! ¡Otros tres! No puedo
más… ¿Dónde voy a meter tanto pollo?
El machacante pío, pío, pío…no da tregua.
No hay paralelismo con lo que
fue y lo que nunca volverá a ser…
Pío,
pío, pío…qué yo no he sido…
«La
felicidad en un universo para lelos es esa cosa con plumas».
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