Mujeres del pasado, presente, futuro…con un común denominador que las hace indivisibles: “Mujeres de vuelta y media”; de vuelta de tanta opacidad, de tanto gris, de tanta decepción. Venciendo obstáculos a través de una sonrisa que las redime.
Cuando el negro enfrentó al blanco y viceversa, ambos, con los ojos cerrados pudieron percibir el daño bidireccional que una mancha causaría en una hipotética colisión.
Hay un tren parado en la estación: El tren 669 con destino al porvenir que, como tal, es incierto. El parlante anuncia: «Destinatarios hacía el limbo de la felicidad, dejen sus maletas en el andén, para este viaje no son necesarias». Con sus andares de corredora inquieta agarra la mochila organizada con todo el instrumental que necesitará a lo largo de su jornada y corre hacía la estación, lugar convertido en el centro de sus anhelos desde que una mañana descubrió acomodado al otro lado de la fila de asientos al ser que ella creyó identificar como el ideal con cabida exclusiva de sus sueños. Ella, tensa al no poder entablar conversación con él, ignoraba que este, se hallaba en idéntica situación y, con los mismos anhelos e interrogantes que ella. La historia se alarga a través de los días, semanas, meses… El universo juega con nosotros a su antojo moviendo los destinos como haría un niño con sus juguetes. Un día, ella, cumplido el ritual mañanero no imagina lo que ocurrirá…lo que ...
Siempre dijeron de ella que tenía la cabeza llena de pájaros, pero, no era cierto. Tantas cosas se dijeron que nada tenían que ver con ella. Ella, No hacía otra cosa que repetir el mantra que un día escuchó bajo un cielo hostil plagado de revoloteos grises: «Pío, pío…qué yo no he sido» …
Allá donde desaparece el horizonte donde las estrellas anidan dentro del mar congeladas donde una ventisca limpia cielo y tierra donde el caminante aprende lo que de verdad es caminar Allá donde el cielo no tiene color donde el mar huele a verdad donde no llega el mal disfrazado de un engañoso virtuosismo donde se puede vivir en paz. El mundo actual rémora de un mal chiste congelado en el refrigerador de los DDHH mientras en el horno cociéndose al rojo vivo todo lo zafio y vulgar que iguala al hombre con la hiena manadas de lobos hambrientos incapaces de romper la cápsula de hielo depositaria de los derechos usurpados los habitantes de la ZONA FRÍA viven ajenos donde el gélido ambiente conserva hace hincapié en la construcción del carácter que los habita nadie que no pueda entender la idiosincrasia del lugar podrá formar parte de él. —RAGNAR AXELSSON 2020— Fotografía de la exposición: «Leica. Un siglo de fotografía» en el Centro Cultural ...
Hoy me he levantado rebosante de nada . Nada en mi cuerpo parecía querer acompañarme y, de nuevo, me inundó la sensación de la nada absoluta. Nada es lo que parece y todo a veces parece no ser nada . Pero sí, claro que sí, es la nada una propiedad capaz de llenar una existencia, cuando todo parece ser nada es la telaraña que lo cubre todo. No hay que subestimar la nada : la nada en más de una ocasión lo es todo. En la creencia de que la nada es algo intangible duerme el error mayúsculo al pensar que si la nada es el vacío absoluto nada puede ocurrir en tal oquedad. ¿Qué pasa en ausencia de la nada ? Todo y nada . Todo está en esa «nada» silenciosa que no nos atrevemos a mostrar. Y es que suele ocurrir a veces que somos todo y nada a la vez. Mi publicación Tratado sobre la nada ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
Un gigante agitaba sus verdes brazos pavoneándose en un entorno del que se creyó dueño y señor. Con sus aspavientos espantaba a cualquier ser que quisiera instalarse en sus ramas. Un milenio aprovechando su estatus de poder sin tener en cuenta que había alguien más poderoso que él. El cielo se tiñó de negro, una orquesta de timbales anunciando la fiesta que se acercaba y, la soberbia del encumbrado se vio recompensada con un halo luminoso que lo derrumbó de un espadazo dejando a ras de suelo carbonizado, todo aquel derroche de egocentrismo. Por oquedades que surgieron parecían brotar venas que quisieran insuflar otra vida, pero no, el ave fénix voló de este nido. Aquel gigante ahora no es más que el refugio de todos aquellos que un día despreció ahuyentándoles de sí y, ahora, dueños de sus cenizas.
De cómo vivir hoy sin morir en el intento. Hay una lista interminable de «aberranoides» por demás. Cantantas, cantantos, políticos, chonis, analfabetos, indigentes intelectuales… como si el universo hubiera decido que en esta era solo debiera triunfar lo zafio, lo feo, lo estulto… Cada mañana con el primer bostezo entran en nuestras vidas a través de las mil pantallas que han pasado a formar parte intrínseca de nuestro espacio, una serie de cacofobias que deslustran el mayor de los días soleados, la paz de un guerrero estoico, el acompasado ritmo pulmonar alterando de paso el ciclo cardíaco donde sístole y diástole se confunden modificando en tiempo y lugar su función. Pareciera que hoy todos los esfuerzos fueran en dirección a reforzar la estulticia: a más tonto, más éxito. Son estos tontilistos/tontilistas los triunfadores de una etapa que ha sumido al universo mundo en la era de la estupidez, y así comprobamos día a día el triunfo de lo que en otros tiempos quizá hubier...
Fijó la mirada en la raya que, traspasada, indicaba el precipicio a priori oculto. Su intuición gritaba la inconveniencia de pisarla o atravesarla. Las rayas delatan el límite infranqueable; al otro lado del espejo la niebla cubre cualquier intento de viaje. Ella se atrevió a cruzar. —«Después de esto quizá no haya nada», gritaba una voz interior. En su incesante batallar, pisó la banda, saltó hacia la nada. Al otro lado, un ser alado recogió las cenizas del sueño que quedó calcinado en el cruce del guion. El despertar de aquella mañana trajo una jornada sin sol, sin viajes. Despertó el día anubarrado…No hubo paz en el último trayecto, ni billete de vuelta para un viaje que inicia en contra de la propia voluntad. Octubre con su traje húmedo se alargó por tres meses. Desde entonces Madrid quedó mirando hacia el este por si al sol se le olvidaba salir.
Una mujer sentada. Solo puedo contemplar su espalda mientras elaboro mil conjeturas y porqués ¿Qué es lo que hace allí? ¿Espera algo? ¿A alguien? ¿O simplemente se sienta mientras contempla el infinito que tiene delante? Imagino una historia con toda probabilidad irreal. Un día ella vino a este lugar. Tomó un avión y, acompañada de P. iniciaron un sueño que acabó roto contra un espejo la mañana en la que un rayo de sol colándose por entre las cortinas dejó al descubierto el hasta ese momento secreto de P. Aquel P. despampanante de antaño. Aquel P. que cautivaba con solo una caída de ojos…Aquel P…que era una pura y falsa copia de príncipe azul hasta llegar al derrumbe en el que se había convertido a pesar de su pose de rey del universo. Y ella se largó. Y ella esperaba sentada en el aeropuerto sin mirar a ningún lado. La mirada perdida en el horizonte deseando que el universo se pusiera manos a la obra y deshiciera el hechizo que un día proporcionó el encuentro...
Siempre son los niños lo más importante. Son el relevo de lo viejo y tendríamos que enseñarles a no cometer nuestros errores, cosa que no se hace.
ResponderEliminarPero ellos son muy inteligentes y aprenden a no imitarnos. (Eso creo). ¡Saludos!
EliminarLos niños son inteligentes hasta que el tiempo los malogra haciéndolos adultos.
ResponderEliminarEse es el gran hándicap. ¿Quizá una vacuna que evite acumular años? Gracias, Rodolfo por tus comentarios. Un abrazo.
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