Mujeres del pasado, presente, futuro…con un común denominador que las hace indivisibles: “Mujeres de vuelta y media”; de vuelta de tanta opacidad, de tanto gris, de tanta decepción. Venciendo obstáculos a través de una sonrisa que las redime.
Me he levantado con un mareo del quince parabellum . He abierto la lata del café… Todo en ese momento parecía correcto… Hasta tropezarme con un regimiento armado de hormigas batallando sobre lo que hubiera podido transformarse en unas apetitosas tostadas… En la ducha el bote de jabón aparecía ‘lost’, ¡Ni gota! Sin desayuno, sin espuma en el baño, sin atisbo de energía me he lanzado a la calle. ¡Me ha cagado una paloma! ¡Como si quisiera vengar en mí todo el maltrato que le proporciona un pueblo salvaje! Me he tropezado en una zanja dando con mis recién estrenados dientes contra un azadón olvidado en ella. Los graznidos que un imbécil distribuye sin tino provenientes de una ‘desmúsica’ atronadora por toda la ciudad me han levantado una jaqueca irreversible. Cruzo la gran avenida entre pitidos y arrancadas sin freno mientras me pregunto ¿Todo este personal es consciente de que su vida es una mierda? Una vida de madrugones, carreras, desesperanza para llega...
Aquel extraño verano de espacios vacíos de areneros sin niños… «La corteza de la cara oculta de la luna es hasta quince kilómetros más gruesa que la de la visible, no se sabe por qué…» —Mientras leía un artículo de revista astronómica contemplaba el silencio atronador que empapaba el espacio y, pensó que el astro es como una pérfida mujer de dos caras que en el tardío vagar, deja oculta su auténtica esencia—… ¿Cómo era posible que nadie lo hubiera notado? La luna se había aproximado tanto que su lado oculto había quedado iluminado por el sol. Cruzó la puerta del café literario con la intención de seguir indagando en su estudio sobre el mito de Apolo y Dafne . Tomó asiento en la mesa compañera de desvelos desde hace…ya ni se acuerda el tiempo dedicado a escritos —él los llamaba embrollos— que compartía con aquella silenciosa y acogedora compañera. Desde aquella posición se divisaba el inmenso campo que rodeaba la ciudad ¿Qué hubiera cambiado en la historia de estos seres mitológi...
El cosmos envió a su lacayo con una imperativa señal roja: «Prohibido el paso a toda aquella persona animal o piedra ajena a la insustituible ética requerida para transitar por la siguiente carretera. Además, se añade la premisa hecha sobre el derecho de admisión que conlleva el consiguiente rechazo a la mentira, impudicia y sarcasmo disfrazado de verdad». Caminante inexperto después de haber avanzado por mil millones de leguas con unos pies inadaptados a la tierra. Caminante ansioso vagando por equívocas sendas intransitadas, que se alían para confundirlo y desviarle hasta cambiar la dirección de su andar. Sin previo aviso, de la forma más inesperada baja una señal que detiene todo el proceso anunciante de múltiples caminos, con la advertencia de que no siempre el elegido es el mejor, el real, el conveniente. El caminante da un giro a su pensar. Recapacita. Vuelve sobre sus andares y en el punto de salida encuentra un nuevo comienzo otro camino entre las espadas dormidas...
¿Qué pasaría si una mañana al levantarte te diriges a la cocina por el pasillo de tu casa y en medio encuentras un enano con una lámpara mágica? Me levanto como cada día antes de que salga el sol. He soñado con playas «raras», como si los sueños fueran premonitorios de los sucesos que vendrían al despertar. Mientras, intento alcanzar la cocina con una lista mental sobre las tareas que he de llevar a cabo este día. Abro los ojos de un plumazo ¿He visto lo que creo que he visto o acaso sigo soñando? Vuelvo a mirar. Al fondo del pasillo una sombra enana se mueve, lleva algo en las manos. —«No puede ser, sigo soñando». La sombra, que ya no es tal, va tomando forma y acercándose a mí. Me susurra: —¿Cuál es tu deseo más poderoso? Recelosa, froto mis ojos a dos manos, «sigo soñando, me digo», pero la figura no desaparece, sigue allí, impasible y ajena a mi incredulidad vuelve a preguntar: —¿Cuál es tu deseo más poderoso? Pienso en las guerras, el hambre en el mundo, las injus...
El viaje en tren es quizá la más certera de las metáforas de la vida. Se va de una estación a otra, de un modelo de tren a otro, recorriendo un mapa infinito en el que, el viajero, ansía perderse, guardando en lo más recóndito el deseo de retorno al lugar donde nadie lo espera, pero, que por desgastada costumbre, no logra desterrar de su anhelo. Se viaja con la pretensión de salir de una vida en ocasiones incómoda, que sentimos no nos pertenece, tratando o soñando que el viaje traerá hacia nosotros el paraíso necesitado, otra vida, otras quimeras, obviando a la vez, que todo lo buscado a través del chirrido de los raíles, el lugar preciso y precioso pretendido, ha sido pateado una y mil veces… Tarde comprendemos que ese lugar es el que habitamos, que no está a mil kilómetros ni a diez mil, que el viajar descubre en cada paisaje que todos los paisajes son uno y todos los lugares de la tierra el mismo ocupando distinto punto cardinal. En cada parada, en cada estación se establece un nu...
*(Condicional perfecto del verbo ser). Hoy el mundo huele un poco más a podrido, a carne quemada, a la soledad habitada por el silencio y el olvido. Es un tufo nauseabundo que va conquistando territorio. Tal vez un día nos de alcance, tal vez un día se siente repantingado en el sofá de nuestras casas. Quizá haya empezado ya a tomar posición. Una paloma herida derrama lágrimas de sangre desde el palomar que un día fue su casa hasta el derrumbe que luce hoy. Ríos rojos de lágrimas. Ríos que gritan su cobarde silencio. Ríos que perdieron la virginidad de sus trasparentes aguas. Mundo inmundo. Mundo que ya no es. Los jardines emigraron. Solo quedan los solares deshabitados otrora verdes. Palomas negras, como cuervos disfrazados. —*Yo, tú, nosotros…habríamos sido si nos hubieran dejado ser…— MI publicación Invisibilizaciones ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
Ante un mar de certezas, Hugo no pudo recordar cual había sido en su día la pregunta. Las preguntas se evaporaron al paso acompasado de una música sorda. Se le olvidó el motivo, el porqué, el ¡Qué sé yo! De unas preguntas que, fuera de su día, habían perdido el sentido de la orientación. Mejor así se dijo Hugo. Quién sabe si hubiera podido soportar las respuestas. Mi publicación « Hacia el fondo » ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
Érase que se era un cuento que más que cuento era descuento. Érase que se era un lobo tonto, malo, pero tonto, que perseguía caperucitas creyéndolas tiernas, ignorante de lo que se cocía en el interior de estas aparentes sumisas Caperucitas en el cual existía el más fiero y potente poder que hubiera podido ser manantial de una manada de lobos hambrientos. Érase que se era un lobo feo y manso, sí, manso, con el sometimiento derivado de la cobardía del poderoso al que solo alimenta su perversidad. Equivoca su andar. Equivoca su camino. Y quizá, tal vez quizá, un día en un cruce de caminos Ha de enfrentarse con la poderosa garra de una Caperucita hambrienta. «…Se parece a la historia, pero solo es un verso en el bolsillo de un abrigo…» ‘Deshistoria’ —Luis Bagué Quílez— Mi publicación « Deshistorias de lobos y caperucitas » ha llegado a la Portada de Bloguers.net!
La intuición carente de razón, inventa un posible acontecimiento que, se dará en razón de la sinrazón, al ser esta última, la razón primera de la intuición. —¡Qué razón tienes Clotilde!... Sin ir más lejos, ayer, mientras miraba el cielo vi una nube que corría tras un perro…y seguidito pensé: «Intuyo que, si da caza al perro, lloverá a raudales», ¡Mira la que ha caído!, empapaito hasta los huesos llego con los pies anegados en sendas piscinas y la ropa pegada a la osamenta… a mí la intuición nunca me falla. —Pues a ver qué dice tu olfato sobre esa afición a lanzarte en paracaídas. ¿Has preguntado a esa facultad clarividente tuya si en alguna ocasión el artefacto pueda llegar a fallar? Mira, a mí es que me gusta anticiparme a los acontecimientos y si he de ser viuda que no me pille el toro; es conveniente tener las cosas de la intendencia bien atadas. Por lo demás, puedes seguir adivinando el futuro, total, si no se cumplen tus designios al menos andarás entretenido en esas lid...
Hoy tengo el honor y la satisfacción de publicar en «Mujeresdevueltaymedia» un relato de Sara Ortega que une una fascinante narrativa a la prosa de una genial escritora en ciernes. Con el saber que solo una mente privilegiada puede lograr, este relato que mi compañera y amiga Sara Ortega a su vez encargada de la tienda del Museo Lázaro Galdiano describe de forma poética y magistral lo que es la vida dentro de este jardín colmado de sorpresas a las que el visitante y los que habitamos allí no podemos poner resistencia. El placer de la lectura es siempre un lujo. Leer a Sara ha sido uno inigualable para mí. Espero que lo disfrutéis. Es habitual que los garajes guarden vehículos. Coches y motocicletas, incluso bicicletas, a veces. Suenan a aguda goma girando en las esquinas de las columnas. Aunque estén iluminados, son oscuros y frescos, con olor a gasolina y manchas aceitosas de brillo azabache en el suelo, que son como espejos para la luz titilante de neón que encumbra e...
Siempre son los niños lo más importante. Son el relevo de lo viejo y tendríamos que enseñarles a no cometer nuestros errores, cosa que no se hace.
ResponderEliminarPero ellos son muy inteligentes y aprenden a no imitarnos. (Eso creo). ¡Saludos!
EliminarLos niños son inteligentes hasta que el tiempo los malogra haciéndolos adultos.
ResponderEliminarEse es el gran hándicap. ¿Quizá una vacuna que evite acumular años? Gracias, Rodolfo por tus comentarios. Un abrazo.
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