EL SATURNAL SILENCIO DE LOS EMPLUMADOS

Un chamizo de pajas y barro hecho con pretensión de casa, y, delante, un gallinero equiparable a lo que de ser cierta tal existencia habría sido el Arca de Noé.

Un revuelto de bichos susceptibles todos ellos de ir al puchero con el añadido de ofrecer otra producción además de su carne.

Acalia leía en los ojos de sus gallinas el estado emocional que les acompañaba en cada circunstancia, ya fuera el hambre por no recibir su menú a tiempo, ya fuera porque el gallo no les prestara la atención solicitada por las aladas o por el contrario, que se pasara de «atento» …Y ahí entraba Acalia en acción castigando al chulo con el aislamiento en una jaula hasta que las ganas de joder se consumieran.

Poseían las emplumadas otro don: el de revelar el parte meteorológico a través de sus pupilas si bien este talento solo era percibido por su dueña.

Acalia que en su vida pisó la escuela había adquirido todos sus conocimientos observando a sus animales.

La mañana en que se celebraba la Saturnalia, a Acalia no le despertó el canto del gallo como era costumbre en cada amanecer, ni el primer perezoso rayo de sol al alba. Fue el silencio el que la empujó fuera del camastro.

El gallinero-arcadenoé, amaneció muerto de ruido. De los animales ni sombra. Vacío y silencio enloquecedor. Acalia sentía dentro de sí como una roca que viniera a taponar futuros e improbables amaneceres.

—«Hay una ley de leyes; hay una ley que no es de ley; hay leyes de papel; hay leyes de reyes; hay leyes chusqueras; hay leyes que salen por peteneras; hay una ley que no juzga.

...Hay una ley que no es de ley…»


Comentarios

  1. Como la ley en España… Precioso, cómo siempre un placer leerte.

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    1. En España existe una ley que pondera y deja en tierra baldía todas las demás. La ley del poderoso se llama. Me alegra saber que te gustó. ¡Saludos!

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