LIENZO EN BLANCO
Sueño desierto,
Sueño sediento,
Sed de fulgor áureo y eternamente níveo.
Invariablemente dorada luz perpendicular rodeando el lecho con
sus refulgentes brillos, flanqueando el sueño de escapar por entre las
ondulaciones del desierto de tu cama.
Luz calma,
Luz, calmado esplendor que agita el deseo de ser la franja
dorada tornándose vestido que envuelva tu cuerpo.
Desde mi fortaleza blanca, entre finas ondas de tierra
dorada, en la espera de levantar el vuelo, un resplandor alba alumbra mi cama.
Cual rayo de luz ilumina el sueño de lo posible mientras la luz pálida del
amanecer me lleva hasta el confín de tu sueño.
Los pliegues de mi lecho se alían con el fulgor que
circunda el espacio y huyen para reposar en ti entre el brillo dorado del deseo
Sábanas blancas bamboleándose ejecutan un baile mientras
inician la huida por la ventana. Se unen a sus compañeras inmaculadas,
guardianas del marco ventanal, huyen, y, ellas, y, yo, vamos juntas compartiendo
el mismo sueño, alcanzarte.
Entre tanto en el marco de la puerta se ha posado una legión
de mariposas blancas como la nieve que, con su aleteo, interpretan un vals como
llamada hacia la tela blanca que cubre tu cuerpo.
¡Maravillosa ¿prosa poética?!
ResponderEliminarQue placer leerte. Muchas gracias por compartirlo.
¡Qué generosos comentarios! Mayor placer produce la atención que pueda poner una persona en lo que escribo. Muchísimas gracias.
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