MRS. BLACK AND WHITE
Mrs. Black and White es una señora cuasi perfecta.
Tiene una casa perfecta, un marido perfecto, unos hijos perfectos, una
dentadura perfecta.
De moral ¿Irreductible? Pues depende del prisma desde el cual se fije
la vista.
Su ropa blanqueada,
¿Su moral? ¿A cuál de sus dos apellidos se asemeja?
Recibe a su amadísimo esposo en el porche de su casa, rebequita echada
sobre sus redondeados hombros, sonrisa amplia mientras declama:
—¡Querido! ¿Cómo ha ido tu día? Sobre la mesa preparado tienes tu
vermut con soda y un aperitivo.
Él, no da visos de devolver la pregunta. Todo en su dulce hogar es
perfecto, con la perfecta señora negra y blanca…no hay preguntas, todo
transcurre como «diosmanda».
¿A quién le puede importar que el mundo detrás de su dulce hogar
implosione?
Los niños corretean por el jardín. Como signo genético impreso son
ciegos a lo que se desmorona fuera de su mágico oasis.
…Pero (maldita conjunción adversativa), cuando esa mañana Mrs. Black
and White se dirige a recoger su blanqueada ropa del tendedero encuentra los
restos carbonizados de lo que fue un ajuar impoluto.
Llora. Llora sin saber muy bien el porqué de unas lágrimas que se
resisten a caer. Quizá su desasosiego venga motivado por la pérdida del
vestuario, quizá Mrs. Black and White no sea capaz de ver más allá de lo que ha
sido su vida delante de un tendedero del que ya solo quedan las cenizas.
…Y la vida siguió…pero, a Mrs. Black and White le arrebataron el
sentido de su existencia…
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.