CARA

Cara no conoce la lluvia. La realidad es que ni siquiera ha escuchado la palabra y como consecuencia tampoco el efecto del agua caída desde el techo que nos protege. No conoce la abundancia de los ríos y arroyos tras las crecidas de una tormenta lo que hace de ella una mujer de tierra con pies prensados en el barro. La ignorancia que inunda su ser sobre el maravilloso líquido convierte a Cara en un sucedáneo de androide carente del sentir maravilloso que es empaparse bajo un manto caído del cielo. Cara ni siquiera ha podido experimentar el escalofrío recorriendo las vértebras de su espalda mientras el chisporroteo de una chimenea ensalza sus llamas para secar un cuerpo que goza ese instante con el sueño de una nueva tormenta. Y Cara contempla el desierto que invade su interior a la espera quizá de descubrir un oasis… Mi publicación Cara o la ausencia de lluvia ha llegado a la Portada de Bloguers.net!