HASTA QUE EL AMOR NOS «UNA»
Época, país imaginario...
Un hombre: aburrido.
Harto de soledad decide
compartir su caza diaria. A base de elucubrar fue a topar con la más
acongojante idea: «EL MATRIMONIO»,
causante, éste, de la más feroz de las soledades a través de los siglos.
Andadura solitaria,
unilateral, disfrazada de falsa compañía en la que los intereses individuales
entrechocan, formando tormentas estelares.
¿Qué factor contribuye a que
la unión entre dos personas no consiga fusionar intereses? Estudio
antropológico, necesito.
La evolución individual de los
integrantes, los cambios, el nivel de madurez...agentes externos-internos,
separan los caminos. Distancias insalvables.
Cada quién en un mundo de
mentiras, engaños e infidelidades ético-estéticas, parcheando un escenario
«ideal», de cara a la galería. Esto en el mejor de los casos; en el peor,
aparece el maltrato, —a veces dividido—, hasta que la jaula de oro, ¡Explota!
Nadie pertenece a nadie...
Nadie es de nadie...
Atentados contra la libertad
del ser.
¿Qué buscan las personas en el
matrimonio?
Hay quién mantiene que «el amor».
Puede que este principio se de
en los comienzos...no lo sé. Sí sé, que el tiempo, las circunstancias y otros
elementos «ambientales», aniquilan a su paso una convivencia de prestado.
No se puede vivir el sueño de
otra persona. Ni la más profunda «FE»,
puede con este fundamento.
EL
MATRIMONIO COMO PROYECTO: ¿Proyecto común?
¿Forma de vida? Opinión
personal —subjetiva, por tanto—, forma más terrible de no avanzar en la vida.
Estancamiento de los sentidos.
EL
MATRIMONIO: UNA IDEA DIVINA. Desde el punto de vista «místico»,
parece difícil que esta institución, ayude a llenar espacio espiritual alguno.
Encaja más con la parte material de la vida.
Plan que nace muerto en sí
mismo por razón de la materia, cuándo no lo hace para matar: la alegría, la
sonrisa, el proyecto de vida, la vida misma.
Amor tóxico: asfixia, muerte
lenta que aniquila la esencia del ser, reduciéndolo a la cualidad de autómata.
Ya no busca, no necesita, no siente el deseo de desear.
Todo termina dónde comenzó: en
esa emoción destructiva que es el amor tóxico.
MATRIMONIO
FELIZ:
¡El mayor Oxímoron de la
historia!
El creador de este contrato —creador...jamás
a mujer alguna se le hubiera ocurrido despropósito semejante—, la inspiración
debería haberle tocado por otro lado.
PROCACIDAD: Encubierta...
¿O no?
Disfrazada de: «Mire Vd. qué estupendos somos», qué
normales...que vida acomodada y sensata.
Hubo un tiempo en que la
separación o divorcio pasó por un periodo de estigmatización —sobre todo si era
la mujer quién promovía tal decisión, siempre a vueltas con el género—.
Unidos en santo sacramento
hasta que la muerte o el hastío nos separe.
Poco se habla de la muerte en
vida, de la inmolación en el silencio. Silencio: disparos al alma. La soledad
aterradora.
¿Cuánto dura el amor?
¿Hasta la eternidad
insustancial?
Quizá...solo quizá...si este
invento estuviera a la venta en grandes almacenes, acabaría en los estantes: SALDOS.
«El
mono nos observa como si nos tomase por pedagogos».
—Greguerías—
Me gustan, tus apreciaciones. ...no obstante la vida es un camino marcado de rosas y espinas...y a la vez es como una ruleta rusa....o bien como dicen ."confundimos amor con compañía y ese miedo idiota de verte viejo sin pareja te hace escojer con la csbeza lo que es del corazón",, pero el corazón ed solo un musculo que es manejado a su vez por las ondas emitidas desde el cerebro.... o sea que entre el Cerebre y el Corazón, nos dejan hevhos una mierda...más confundidos pa donde...y ahí es donde nos jodemos nosotros mismos la vida...es mi parecer.. tqm.
ResponderEliminarA la cabeza muchas veces hay que decirle "¿por qué no te callas?", esconderla bajo tierra y poner todas las vísceras en lo que hacemos.
EliminarDisculpa la ortografía y lo que esta en comillas es de una canción de Ricardo Arjona " Tarde... Sin daños a terceros".
ResponderEliminarHasta que el amor nos una...O el Amor por otro/a nos separé. ....jijijijij
ResponderEliminarPeligroso eso, lo dependientes que somos, que necesitamos que un clavo saque otro clavo para dejar algo que no funciona.
EliminarHola Claudia. Agradezco tus comentarios; como bien dices entre el corazón y el cerebro andamos "distraídos"..y nos equivocamos a menudo. Brindemos por esos Sres. que nos hicieron libres sin pretenderlo.
ResponderEliminarUn beso grande, guapa.
Tal vez carezco de la experiencia vital para opinar en profundidad sobre este tema, ya que mis parejas han durado muy poco o no terminan de consolidarse. No obstante, y aunque me he sentido a veces asfixiado por amores mal entendidos, por mi parte o por la suya, creo que pernetezco a ese grupo de gente que se ilusiona con que el ser humano cambie, y es que a día de hoy, aún creo en la existencia de un amor cuyos pilares sean el respeto y la confianza y que combine la pasión por la otra persona con la libertad individual. Algo donde el compromiso de compartir el presente, el futuro, el pasado incluso, la vida entera, no se viva como imposición sino como un camino juntos donde dos se complementen. El principal virus de la pareja pienso que es la materialización a la que nuestra querida Helo alude. Bien sea por un sentimiento posesivo, bien sea por un excesivo apoyarse en la parte carnal, bien sea porque los rituales matan la espntaneidad del corazón, a menudo la parte espiritual de este amor se resiente y por tanto, al no ser ya espíritus libres, busquemos escapes en otras cosas, pensando que son parches de bicicleta y que manteniendo el protocolo de apariencias, la base de la relación aún nos sustenta. Digamos que un matrimonio, tal como el ser humano lo lleva, es algo denso, gris, estipulado: un contrato. Pero si aspirásemos a ser divinos y no dejáramos entrar ni al automatismo de los ritos ni justificáramos ninguna de nuestras debilidades, entenderíamos que la unión de dos personas lo que más necesita para durar es del Espíritu, de lo místico, del Amor Universal, ése que hace que cada minuto sea una aventura y que en el sencillo compañeris.mo también quepa la pasión de un niño. Y pondríamos toda la carne en el asador, valga la paradoja, en este valor espiritual, la priorodad absoluta, el alma. Y con ello terminaríamos con los robos de energía, de espacio y ese afán de poseer y controlar al otro. Solo respetando lo que cada cual es se produciría una fusión de seres que sume, y no que reste.
ResponderEliminarY aún voy a más. En los casos en los que algo de esto se produzca, antes que culpar al otro, deberíamos mirar sinceramente dentro de nosotros porque es posible que dicho karma tenga origen y solución allí. Pero esto es mucho más metafísico, y tengo sueño....
"El principal virus de la pareja pienso que es la materialización a la que nuestra querida Helo alude"
EliminarEste es el principio de todo: materializar hasta los sentimientos...amar sin libertad, sometidos a unas reglas imposibles. "La NO libertad del ser".
Sabes como agradezco siempre tus comentarios, Jesús, pero este en especial me resulta una tesis a valorar y mucho sobre el tema tratado. Si en algún momento consiguiéramos unir la pasión con la libertad...ay! lo perfecto! existe?
Abrazos.
En no pocos momentos, más materialistas/pesimistas/realistas, creo que la única manera de lograr esto es la aceptación tácita de la poligamia intrínseca en el ser humano... cosa que también pone en riesgo el corazón, ya que suele pasar que no sabemos lo sexual de lo demás, somos un compendio.
EliminarSeparar.
EliminarCuando dos personas son amantes, se dice que tienen un "lío". ¿Por qué? Porque en lugar de fusión, tienen confusión": establecen una especie de partida de ajedrez donde se dejan de respetar para pasar a conquistarse mutuarmente.
ResponderEliminarSiempre la misma guerra: conquistar el territorio para no sentir la pequeñez que somos. Gracias, Jesús.
ResponderEliminarMuy interesante.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOlvide decirte que me ha gustado mucho tu relato/análisis del matrimonio.
ResponderEliminarDe acuerdo con tu exposición. Solo añadir que quizá —esto no lo puedo saber— pertenecemos a una época parecida y aun con todo yo decidí separarme hace más de veinte años. ¿Por qué se casa hoy la gente? a mi modo de ver por que los convencionalismos siguen ahí, latentes, incólumes...en fin que los autoengaños amaestran mucho, mucho. Agradecida a tus comentarios y feliz de que el relato te haya gustado. ¡Saludos!
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