CHUCHES

 

De cuando el tiempo era eso: tiempo; y no corría como si fuera a ganar una maratón que es lo que hace ahora. 

Esperaba la paga del domingo como en la actualidad se espera un chaparrón que riegue la tierra seca. Con los cinco duros en mano me sentía reina en mi propio reino.

El chicle bazooca con tres plataformas que casi no cabía en mi boca de piñón, pero con el que se hacían unas pompas gigantescas que terminaban explotando cubriendo como una máscara aquella cara todavía intacta de señales…tardes de domingo, de chicle, pipas, regaliz ¡Cómo me gustaba el regaliz!

Sentadas en corro observando o contando los tesoros de cada quién echábamos media tarde hasta acabar con casi la totalidad del cargamento. En esto como en todo siempre había suertudas y desdichadas; en lo del repartimiento de riquezas ya se sabe, ¡El universo es un patán!

A veces llega un olor que recuerda un tiempo en el que ahora, desde la lejanía, sentimos como dichoso, pero que estuvo plagado de claroscuros que la niebla de los recuerdos se empeña en pintar de rosa.

Recuerdos de chuches, ¡De helados! Sobre todo ¡Helados! ¡Qué empacho y qué malísima me puse en una ocasión por invertir toda la paga recibida de unos tíos venidos de Madrid en la heladería de la plaza! Mi pobre madre preocupadísima al no saber que me pasaba, hasta que terminé confesando el origen de aquel patatús…-no he corregido el vicio, helados todo el año en mi congelador-.

¡Qué no daría yo hoy por sentarme en corro con esas niñas que fuimos a empacharme de esperanza en el porvenir!






Comentarios

  1. Precioso Consuelo, y tan similar a la infancia “chuchera” de tanta gente…
    En mi caso nunca hubiera pillado un “patatús” como en tuyo, la paga dominical daba para el cine (vicio que conservo) y un pirulí de La Habana, y gracias. En los años que diferencia tu edad de la mía, las propinas de familiares, crecieron exponencialmente.
    Gracias por traer ese recuerdo a mi memoria, que atisbé hace unos días al pasar por una tienda de “chuches” gigantescas en la estación de tren, que hubiera dado para patatús a un regimiento.

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    Respuestas
    1. Me alegra que te haya servido para alcanzar ese pedazo de pasado que ha quedado prendido en nosotras. Muchas gracias por tus comentarios. Un abrazo.

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    2. Y ser dueña y administradora de chuches, en el quiosco de Amada despachando y cobrando, fue a mis 10 años lo más cerca que he estado de sentirme poderosa.

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    3. Administradora de la tienda de chuches ¡eso es poder! 😊

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    4. Soy tu maestrita de pueblo, de elegir nombre Clara

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