OLOR A OLVIDO
Inesperadamente por el
ventanal abierto se cuela un olor conocido y olvidado.
El olor que destilaba el agua
donde mi madre iba mojando el peine con el que engarzaba mi pelo, organizando
la trama de mis apretadas trenzas.
Volver a través de olores
perdidos. Volver a la niñez. Sentir que había unos brazos confiables donde
dejar depositados todo el mal de las sombras que poblaban tu mundo interior.
Sentir la seguridad que desde
esa posición nada malo podía ocurrir.
Sentir que el tiempo y el
olvido se llevaron todo sentimiento de seguridad de aquel confortable nido, vacío
hoy, lleno de un insondable vacío que, un día el abrazo, el más desinteresado
abrazo desapareció entre la nube de recuerdos que, de cuando en cuando, se
acercan para recordarte la protección que tuviste un día.
Madre.
Son miradas de luz en la cueva
ResponderEliminarUn rincón de luz. Saludos.
EliminarQue hermosa manera de narrar esas vivencias inolvidables.
ResponderEliminarYo aún siento en lo alto de mi cabeza, aquellas gotas frías de colonia que ella ponía, solo los domingos, sobre mi pelo, como el último toque, como la corona que adornaba a su princesa.
Madre.
Tiempos de colores. Tiempos que viven en nosotros y que de repente un olor los trae al presente. Gracias por tus comentarios. ¡Saludos!
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