DESCOLORIDO CIELO
Un niño sueña.
Sueños de pájaros fríos como el metal del que están hechos...
Sueña con el rescate.
Sueña con el viaje que ha de transportarlo a otros mundos a otros colores.
A otros olores.
El pájaro vuela sobre la cabeza del niño.
En el aire sólo queda prendido el olor de la desesperanza.
La desesperanza se huele. Que buen poema, gris y frio como el metal. Sin duda, como humanidad, aun nos queda mucho por hacer por la infancia en el mundo.
ResponderEliminarNos queda todo y lo realmente desesperante es ver la cara de tantos y tantos niños vagando solos. Gracias por tu comentario.
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