EL AÑO QUE NO QUISE PERDERME
Así podría muy bien denominar
a este 2015 que se marcha con toda la pena de mi corazón. Año intenso, cargado
de emociones de aprendizajes y crecimiento personal. Han sido muchas las
inmersiones aventureras. He conocido gente extraordinaria, personas que han
aportado a mí vida conocimiento, alegría y unas ganas enormes de aventurarme en
nuevos proyectos.
Lugares mágicos como Istanbul. Conciertos que me dan la vida;
ciudades preciosas…y, ese compartir con la gente que quieres, para mí lo más
importante de todo. Un año sin parar, vivido con toda la intensidad y energía
de la que soy capaz.
Este año termina, pero deja un
poso dulce, muy dulce…un montón de sensaciones gratas que espero, deseo, se
extiendan al nuevo que comienza.
No están todos, pero sí son
todos los que están —faltan amigos, amigas...pero sin autorización no los incluyo
por más que me gustaría—.
Satisfecha de cada muestra
recibida, de amor, de amistad, de compartir la vida como si no hubiera un
mañana. Seres excepcionales que me han llevado a abrir los ojos con lecciones
impagables.
Mi deseo: Que cada uno de
vosotros toméis conciencia del papel que habéis jugado en este paseo que a mí
me ha resultado tan corto, que sigáis compartiendo tan generosamente, aquí
estaré para recibirlo, todo un tesoro.
¡Gracias, gracias, gracias!
http://3.bp.blogspot.com/-n1u8DlBVRDc/Vl65PgGvIZI/AAAAAAAAC2s/uuWZv0ZxQ-Y/s1600/1513708_949057141780292_5694542112105016086_n.jpg
ResponderEliminarMi ordenador estropeado y en la tienda de reparaciones creen que es un Expediente X. Primero que era el monitor, al que sustituyeron. Ahora a veces da indicios de ser el monitor, y a veces la tarjeta gráfica. Parezco estar volviendo a mi infancia, cuando todo lo rompía.
¿Y a ustedes qué les importará todo esto...?