DE OXÍMORONES, PLEONASMOS, Y, TANGOS SUICIDAS
«La
noche sosegada
en
par de los levantes del aurora,
la
música callada,
la
soledad sonora,
la
cena que recrea y enamora».
San
Juan de la Cruz».
—Cántico espiritual—
«Subí
arriba y lo vi con mis propios ojos» … —pleonasmo, figuras retóricas
que usamos a menudo de forma inconsciente.
Como si de un mundo nuevo a
uno viejo se pudiera transitar en el lapso de sesenta minutos para encontrar de
nuevo el progreso cavernario.
—¿Me sigues?
—Te sigo.
Entre sueños, ilusiones y un
valor inconmensurable, viajamos por un mundo que quizá nadie pudo programar. Todos
perdidos a la búsqueda de no se sabe qué. Desvelos improductivos. Al mundo en
general jamás podré adaptarme, tal y como está estructurado, ya me cuesta
«adaptarme y adoptarme» a mi propia idiosincrasia…—una cruz, a ratos—…
La música que pongo a mí vida,
la que suena dentro de mí.
Tu peor enemigo es tu mejor
maestro…
Para el pensamiento sofista la
verdad depende del sujeto, de la interpretación y visión de cada persona. El
bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen de la perspectiva personal con
la que se valora algún hecho o situación.
El sofismo fue muy criticado y
corregido por los grandes intelectuales de la antigua Grecia, pero sobre todo
por Sócrates, Platón y Aristóteles.
En la actualidad podemos ver
individuos que nos recuerdan a estos célebres pensadores griegos.
Específicamente en el campo de lo que llaman «superación personal»,
pseudo-filósofos, emiten, (venden), conferencias, libros, artículos y demás
mercancía. Estos individuos se valen de argumentos sentimentales y alejados de
todo conocimiento verdadero, se convierten en excelentes mercaderes, sin
importar si en realidad ayudan o no a las personas.
Para el sofista, el saber
tiene una finalidad lucrativa, para el filósofo, un camino hacia la plenitud
humana.
A partir de Protágoras y de
Sócrates se trata al hombre como ser que piensa y que contempla el universo.
Estos negadores de la ciencia fueron los primeros en notar, frente al objeto
observado, la presencia del observador que se olvidaba de sí mismo.
En el mar de las horas nadan
los pensamientos; entre espuma y nubes a la búsqueda de una realidad aceptable,
acomodaticia…que nos haga inmunes a lo que de verdad rechazamos en nuestro
fuero interno.
A través de los filósofos —o
gracias a ellos—, vamos descifrando inquietudes y aclarando conceptos…una mente
pensante es aquella que, siempre está en continuo movimiento, tratando de
organizar de colocar en estantes y por materias esa inquietud del subconsciente
que tanto y a tan poco nos lleva en ocasiones…como si de un tango suicida se
tratase…
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.