LECCIONES
El poder se alcanza cuando
consigues liberarte de ataduras mentales. Cuando por fin tomas conciencia de que,
si no abandonas ciertas luchas, eso puede conducir a un desgaste infinito que
no mereces.
Hay que ir soltando lastre,
continuamente, desaprender conductas adquiridas que quizá nos fueron validas en
otro momento, pero, que ya pesan como plomo. De vez en cuando conviene pararse,
tomar aire y replantear ciertos rumbos para encontrar un nuevo camino.
Particularmente reacia a los
cambios, voy aceptando a contracorriente la conveniencia de ellos. Todo cambia
para renovarse, y, la vida, el universo…están en continuo movimiento; imposible
oponer resistencia.
Lecciones continuas que, nos
hacen ver lo dispersos que vamos a veces…o distraídos. Acontecimientos diarios
que por suerte vienen a clarificar y alejar fantasmas que inventamos para no
abandonar nuestro estado de confort, tan auténticos como necesarios.
La alegría, la risa que
provoca la misma, esa sonrisa que brota de manera espontánea ni pueden fingirse
ni deben ser regaladas, han de brotar desde el interior, ese sano interior que
a veces no cultivamos; nos distraemos mucho, mucho…
Aprendiendo, siempre
aprendiendo…aunque tal vez lo que necesitamos imperiosamente sea: DESAPRENDER aquello que un día de forma
involuntaria nos inculcaron con cincel.
Ahí, creo, que está la clave,
en olvidar por completo esas leyes que, en el presente, con carácter
retroactivo, quieren cobrarnos peaje.
De qué forma más alienante
pesan la ingratitud y la indiferencia.
Así, reflexionando…vamos
haciendo camino…y quizá avistando el propio…
«De
todos los riesgos que he corrido, el único que no hubiera corrido nunca; es el
de no haberlos corrido todos».
—Ángeles
Mastretta—
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