MARRAKECH


Siempre me sorprenderá el paisaje que se dibuja desde el avión. Es fascinante la sensación de estar «pendiente de un hilo». Las nubes como humo, como trocitos de algodón nadando alrededor de mi ventana. ¡Me encanta volar!

Como mis conocimientos sobre física, espacio-tiempo, son escasos (por no decir nulos) no tengo armas para definir la sensación que produce sentirse parada en un punto al parecer sin movimiento.

Llegada a Marrakech. El aeropuerto me parece una preciosidad, eso sí, ¡un calor sofocante!

Marrakech es la ciudad de los jardines. Avenidas kilométricas, rodeadas por inmensos jardines. Existen dos partes bien diferenciadas: la ciudad nueva y la Medina. Esta última con su Zoco y sus calles imposibles, estrechas, abarrotadas de gente y motocicletas que hacen muy difícil su tránsito (estresante, más bien).  Puestos de pescado, de carne colgando de ganchos…sin atisbo de medio alguno de conservación. Intenté tomar foto, no me dejaron. Luego está el tema «regateo» que, para mí, es un acto de fe. No sé, no valgo para poner precio a las cosas, motivo por el cual no me he dado a las compras masivas.

En conjunto es una ciudad bonita. La parte de la Medina, la Kasbah, según mi criterio es demasiado bulliciosa, demasiado sucia, demasiado…

 



Intento fallido de visitar algunas Mezquitas: prohibida la entrada si no eres musulmana.

Viaje a las Cataratas de Ouzoud. Digo viaje porque son tres horas de autobús. Unos kilómetros iniciales de autopista…lo demás, carreteras y curvas para buenos conductores. Esta es la parte que más me ha gustado. Tres horas de trayecto dan para descubrir lugares de Marruecos que no hubiera visto desde la ciudad. Es como un viaje al pasado para mí, criada en la estepa castellana. Niños andando por la carretera —solos— hacia el colegio. Niños parados en mitad de un paisaje debajo de un cobertizo vendiendo sus productos. Mujeres y hombres trabajando la tierra. Burros, carros, mulas…

¿Qué pensará un niño desde su puesto de frutas, todo un día bajo ese sol, en un paraje donde dudo mucho que sus ventas alcancen la cualidad de dignas? Es una de las muchas cosas que llevan a la reflexión sobre un mundo tan mal organizado como el que nos ha tocado en ¿suerte?

De camino al aeropuerto el chofer que me lleva, comenta:

—«Este hotel —en construcción— es de Cristiano Ronaldo».

 Así las cosas; mientras unos luchan por la sobrevivencia, otros…

Cataratas de Ouzoud: un paraje impresionante. Demasiado turístico quizá, pero no por ello menos bello. La caminata es de órdago, pero merece la pena. El paisaje es precioso, su vegetación, las cascadas ¡los monos! Y calor, ¡mucho calor!

Con sus más y sus menos hay viajes —retrospectivos— que merece la pena llevar a cabo.

«Siempre nos quedará Marrakech para viajar al pasado».






















Comentarios

Cuentos chinos

LOS ABRIGOS DE ENTRETIEMPO

EL ÉXODO DE LA PALABRA

CÍRCULO SUSPENSO

UNA LUZ INQUIETANTE

LA HUIDA

LIENZO EN BLANCO

EL OJO DE LA CERRADURA

SILENCIO

EL FINAL SOLO ERA UN NUEVO PRINCIPIO

«PRINCESOS»