ENTRE LA SOBREDOSIS, SOBERBIA, ANDAS SIEMPRE PRINCESA…
Entre la sobredosis de
soberbia, que no deja resquicio a una milésima de humildad, andas siempre
muñeca …con tu sucia sonrisa, y, esa especie combada de tu cadera…oscilando de
un lado al otro más oscuro de la vida con la indecente cadencia que concede la
falta de escrúpulos y la más mínima ley de la decencia…
Con que ley condenarte si en
su día, todos aplaudieron a coro con tu misma arrogancia, envanecidos y
orgullosos, cada compás de tus andanzas; al ritmo que tú marcabas…y, sí, …ya no
eres la princesa de sonrisa perfecta…en ti quedó la mueca atravesada de un
devenir inesperado que, estrelló tu sueño de grandeza contra el crisol de nácar
donde el orgullo quedó fundido, acompañado de tu comparsa.
¿Con que ley condenarte si un
día las hordas formaron parte de tus venganzas? No pidas más…el lote se
completó el día que desde tu trono nos condenaste a muerte mientras con tu
«costilla» llenabas el fardel de maravedíes manchados de inmundicia…
Indigente intelectual, sin
gracia en tu cuerpo andas, te miras en los espejos, ellos, fingen, y te envían
la imagen de la princesa plenipotenciaria que nunca debiste llegar a ser…que no
eres ni serás a pesar de los aplausos y los abrillantadores de posaderas…
El tiempo, con sus telares de
araña, te devolvió a la realidad de la que nunca saliste porque habitaba en ti.
Serás el estiércol que hará germinar las flores de tu tumba.
Eres esa princesa sin boca de
fresa, de labios venenosos, abandonada en el campo que tú misma te dedicaste a
abonar. Princesa, con tus sobredosis de soberbia, agotaste los recursos de todo
un sistema parasimpático que comenzó a fallar; morir era para ti la solución…en
tu megalomanía arrastraste a todo un regimiento, por imposición —que no por
devoción—… ¡Princesa!
Sin reino. Un reino de taras;
el reino de una princesa sin boca de fresa, de ominosos y mortíferos labios con
color de altanería y olor de cañería…
¡Princesa! ¡De boca de fresa!,
nadie hablará de ti el día que desaparezcas…
Tiene enormes cualidades para pertenecer al tóxico linaje de los Borbones, sin duda.
ResponderEliminarA un gran observador como eres, pocas palabras bastan...¡Saludos!
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