UN LÍQUIDO EN EL CUERPO
El líquido verdoso rezumado de
las piedras milenarias que amurallan mis orígenes, acompañado del líquido apasionado
de sus místicos, hacen sombra a mí yo tan poco pío. Expío la culpa de los ríos secos
de mi espiritualidad.
Por mis venas corre como un
caballo desbocado el ansia de libertad, el de la paz anhelada para un mundo sin
sangre, sin ganas de soledad, de la paz que la soledad establece, de la
perdurable paz que habita dentro de cada ser, la que no estorba, la que acompaña
más que cualquier turba ingente de mala compañía.
Soledad, esa savia sabia, que
corre por las venas de los denominados raros,
extraños, los que no se avienen a
derramar su solitario líquido y lo beben en soledad.
De eso y mucho más se nutre mi
cuerpo líquido.
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