CALEIDOSCOPIO
Aquel día de amanecida gris perla agarró su copa sujetándola
entre el pulgar el índice y el corazón y brindó por el sol batido en retirada.
Y pensó que sus días al sol eran cosa del pasado.
Y pensó que quizá el exceso de sol había hecho tal mella en
ella que había conseguido anular otras capacidades elevándola a la senda desde
la que descubrir otros astros.
Y pensó que aquel vino llevaba inoculado el saber en su
sabor de lo empíricamente aprendido.
Y saboreó el amargo dulzor sentada al albor del día gris
perla que parecía acercarse con una ración de escarcha.
Y ¿quien no ha vivido una mañana gris, quien no ha deseado tener esa copa entre las manos?
ResponderEliminarSeguramente siempre haya habido una copa de la que cualquiera pudiera servirse. ¡Buen día!
EliminarHoy es el día de esa copa…
EliminarComo bien dices, hubo en el pasado esa copa.
Brindemos por el pasado, presente y lo que día tras día nos invite a brindar ¡Salud!
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