LA IMPOTENCIA DE LA ALAMBRADA
El alambre llora su destino.
Él, que es bueno, implora otro
cometido otro porvenir.
Él, no quiere servir los
mandatos de su amo.
Él sacude sus lágrimas sobre
los ropajes deshechos arrojados sobre sus púas.
Una paloma teñida de napalm se
estrella contra la aguja.
El alambre llora; la tierra
negra.
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.