HACIA EL FONDO
Ante un mar de certezas, Hugo no pudo recordar cual había
sido en su día la pregunta.
Las preguntas se evaporaron al paso acompasado de una música sorda.
Se le olvidó el motivo, el porqué, el ¡Qué sé yo!
De unas
preguntas que, fuera de su día, habían perdido el sentido de la orientación.
Mejor así se dijo Hugo.
Quién sabe si hubiera podido soportar las
respuestas.
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Hola Consuelo, quizás a veces es mejor no responder algunas preguntas.
ResponderEliminarUn abrazo!
O quizá según el tiempo y la ocasión no hacérselas. Muchas gracias, Dakota por comentar. Abrazo de vuelta.
EliminarSiempre está bien preguntarse cosas. Lo que no sé hasta qué punto nos hacemos las preguntas correctas. :)
ResponderEliminarEso es lo verdaderamente delirante no saber cual es la pregunta. Gracias por comentar. ¡Saludos!
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