LA CONJURACIÓN DEL FUEGO

 

He soñado con bosques cubiertos de helechos. 

He soñado con valles verdes y montañas alfombradas de árboles.

He soñado con el resplandor de una lumbre que ilumina el salón de la casa.

He soñado con un regimiento de hormigas que huyen de las llamas.

He soñado con un fantasma incendiario.

He soñado que mi mundo ardía.

He soñado con el crepitar de ramas convirtiéndose en ceniza. 

He despertado.

Todo a mi alrededor amanece negro.

Negro como el carbón.

Negro como el alma del incendiario.

Negro como el luto de mil habitantes perdidos en el desconcierto.

Negro como el duelo de las madres que perdieron su más preciada posesión.

Llanto por lo irrecuperable.

Sueños reflectores de pesadillas.


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Comentarios

  1. Hola, ¡qué pena de verdad! Muy bonito el poema y muy sentido.
    Un abrazo. :)

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    1. Es un horror, una impotencia total al contemplar el espectáculo. Gracias Meche por tus comentarios. Un abrazo.

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  2. Que bonito y bien traído, en este momento de iluminación incendiaria. Ojalá traiga luz a las mentes pensantes y pudientes de dar solución a los problemas reales y oscurecer los imaginarios, por muy buen “peinados” qua estén

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    1. Algunas mentes no pueden iluminarse con la terrible iluminaria que nos cubre en estos momentos. Es una cuestión de conciencia, y, de eso parece que no queda entre los «pudientes». Gracias por tus comentarios.

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  3. Saludos cordiales desde Colombia. Paso por aquí porque dices ser toda oídos.

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