ADÁN EN UN PARAÍSO DISCORDANTE

Aterrizaje forzoso en el Paraíso.

Si Eva fue creada para paliar la soledad de Adán...la manzana —Apple—  debió serlo para mitigar la soledad de millones de: hipster, indis, rockeros, urbanitas, ruralistas y extraterrestres...

Gracias a que el invento es posterior a los años 50, de lo contrario quizá hubiera cambiado hasta la generación/movimiento Beat…

No puedo imaginar a estos escritores que rechazaban la cultura estadounidense, adictos como eran a la enseñanza oriental, convirtiéndose a la religión Apple…

Cambiando sus viajes iniciáticos por la manzana del bien y del mal…predecesores del movimiento hippie; incapaz soy de visualizar a uno de ellos hablando con un reloj… —claro que eso mismo dirían mis abuelos—…

¿Qué hubiera pasado si, en lugar de Eva ofreciendo a Adán una vulgar manzana le hubiera ofrecido una APPLE?

¡Ah! hubiera cambiado toda la historia del mundo...y, habría trastocado «el estado de la cosa».

Adán, chateando en Twitter, Facebook...Instagram...WhatsApp...ni caso le hubiera hecho a Eva...

—Pequeño problema de intendencia, casi sin importancia: ¿Dónde conseguir seguidores?—

Como no fuera con mandriles y otras especies…ni procreación, ni proyección en el mundo...

Al final, resignados, aceptando la teoría Darwiniana de que nuestros ancestros eran Homínidos... desde el Australopithecus Africanus, hasta el Homo Sapiens.

Atravesando distintas eras históricas, hemos llegado a la casi perfecta involución del ser. De nuevo cada cual, en su particular caverna, con estos «juguetitos» —pertenecientes o no— al logo de la manzanita que, nos invitan al aislamiento, creando en nosotros la vaga ilusión de estar acompañados.

Nada puede sustituir un abrazo, una sonrisa, una conversación cara a cara, una presencia.

Hay quien ha convertido este logo en su santuario. Tecnología de claves imposibles, piedra filosofal donde terminan los sueños, principio sin final...a la búsqueda de la felicidad por entre ensoñaciones que limitan los verdaderos sueños.

Hablemos de la «entropía manifiesta del estado de la cosa» ...

¡Ay! ¡Qué dolor! —lo que viene desordenando nuestro mundo, vamos, el particular—.

Se puede vivir mirando al mar, a la luna, a las estrellas... ¡Pero a un cacharro que no sabe ni planchar!

Debe ser que la ignorancia —de la mía, hablo en concreto—, no me deja ver el sol...por más que lo examine desde distintos prismas, no le veo yo la gracia...y, es que aquí la propia, para según qué cosas, no ha nacido.

Mi intrínseco pragmatismo, junto con mi impericia, hace que estos artilugios no provoquen emoción alguna en mí.

A saber: si no lava, no plancha, no cocina y pasa la aspiradora, ¡No es útil para la vida! —tiene más vida un vibrador, donde va a parar—…

 

Prosigamos: segunda era cuaternaria —un cuarto de hora después—.

¡Eva, le ofrece a Adán la Apple!...

¡La lio parda! ...eso sí, nos libró del pecado original —a tomar el aire eso que en su día, intentaron meternos con cuchara: «Ganarás el pan con el sudor de tu frente» ...

Y, desde entonces —en España, los gobiernos de este país lo han entendido a la perfección— andamos de lo más ociosos: ni trabajo, ni sudor de nuestra frente...siempre desnudos al sol...claro que, con la manzanita al lado, al costado, debajo, encima y por estribor…

«Que ames a alguien no significa convertirlo en el amor de tu vida, sino en una razón para vivirla».

Adán, que se topó con esta frase en Face, pensó:

—«¡Ni paraíso, ni Eva, ni que ocho cuartos! ¡Quiero una Apple»!

Algo similar es lo que debe experimentar nuestro Adán moderno...ha convertido en la razón de su existencia una Apple...

Me pregunto qué diría Freud —nacido un 6 de mayo, tauro, para más inri al igual que Adán, por si teníamos poco—.

Tengo que decir, a mí este señor no me inspira mucha confianza dictando frases como esta:

«La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿Qué quiere una mujer?».

¿Misógino?... —la culpa siempre es de la madre—. Como para ponerse en manos de discípulos suyos…

Creo más en mis instintos aunque me desorienten en ocasiones.

Mire, Sr. Freud: creo que, Eva, lo tenía meridianamente claro al ofrecerle una Apple a Adán:

¡Deshacerse de él! Es de sospechar que debía estar hasta el hartazgo de verlo a todas horas.

Es un suponer, porque datos que confirmen el hecho, no tengo, lo digo desde el punto de vista femenino: ni porque sea el Paraíso, aguanta mujer que se precie un Adán a diario…y, a cada minuto…—los pelos como escarpias con solo imaginarlo—.

Me pregunto que se sentirá —en el caso de que una manzana tenga sentimientos—  al ser la más deseada del planeta.

Volvamos a Eva.

La serpiente que le ofrece la manzana, también es una impostora: en realidad es Steve Jobs disfrazado...al más puro estilo Mortadelo...

De verdad, pensad por un momento: ¡Qué aburrimiento más grande! ¡Todo el día en el Paraíso con un Adán ocioso al lado!

¡Bien pensado, yo, también le hubiera regalado un iPad, un iPhone, un iPod y hasta un Apple Watch…!

Eva, se largó a la aventura de cambiar la «arruga es bella» por «la manzana es bella» ...—frase de nuestro moderno Adán...más o menos...por qué me dedica unos epítetos, luego vaya Vd. a acordarse de lo que me dijo—...

La frase de despedida debió de ir más o menos por estos derroteros:

—«No puedo ser la mujer de tu vida, imposible competencia con «algo» que se pone a funcionar apretando un botón» ...

—Algo así o parecido debió ser—...

Algún día lo descubre cualquier antropólogo, y veréis la risa que os entrará, pensando: ¿Dónde he leído antes esto?

Con mis mejores deseos a este portento de las NUEVAS TECNOLOGÍAS que, aterrizó en tierras de Hidalgos un 1º de mayo de no sabemos qué año —dato corroborado: sabemos que fue después de Cristo, afirmamos esta reseña—.

Si llega a nacer antes, este prodigio le quita el puesto y nos vende la Resurrección. Llegó para revolucionar ese mundo y a todo ser viviente que se cruzara en su camino.

Mis deseos: qué tú vida sea larga, intensa, apasionante, llena de aventuras, de amor y de esas cosillas que hacen que un día gris se convierta por arte de magia en rosa.

(Por cierto: bonito color este, que me suena y no sé de qué).

Adán, proclive más a lo mástico que a lo místico...a mí me ha proporcionado un par de enseñanzas místicas que me han cambiado hasta los andares...pero eso será otra historia...que contaré... o no...

Continuará...

 

Nota de la autora:

A tenor de los últimos acontecimientos, lo que de verdad necesita este Adán, es una casa, un perro y una asistenta que le prepare la cena...pero… ¡En Madrid! ¡No doy crédito!

 

«Hice lo que debía hacer y lo hice a mi manera»

—Sinatra—

 

 

Tenía otro título por si se aviene en algo al texto:

«El Hombre Que Susurraba a las Manzanas»

(Forgiveness: Apples, that English is more glamorous).