ABRIL, ABRIL

Abril, de nuevo.

Llega, se va, cargado de promesas de lluvia que incumplirá a lo largo de su corta vida: 12 meses en los que creará la ilusión de nuevos imposibles.

Llega: incólume, con su aire de primavera, con su olor a promesa de verano y, nos inunda de flores, creando vanas ilusiones que de nuevo volveremos a creer.

Necesitamos creer.

Nos salva en tantos casos la desmemoria: «esto ya me lo prometiste el año pasado» …nada nuevo bajo el sol…o quizá sí, una pizca de sabiduría armada al compás de los tiempos, de esos momentos en los que un rayo de luz alumbra la más oscura de tus sombras.

Tras la ventana se adivina un nuevo tiempo, tiempo que se va transformando en humo, pero abril, resurgirá, lo hará como Ave Fénix y como cada año me tocará, y añadirá una bolita más a mi almanaque; yo lo agradezco bailando.

¡Regálame tu sol, tu primavera, tu eterna primavera!

No dejes que el otoño frío y gris alcance mi existencia. Haz de tu frugalidad, estado eterno…que el otoño no llegue…que el gris no nos alcance…que el hielo nos desconozca…

Quiero el reír de tus días, largos, luminosos, suaves como nubes. Quédate abril, quédate conmigo, acompáñame en el paseo.

Un abril más, un nuevo abril, ¡añadiéndome un año más! Si el pronóstico era no llegar ¡te agüé la fiesta! …y abril, tras abril, aquí seguiré cumpliendo tantas vidas como sueños hay en mí.

¿Cuántas vidas hay? ¡Todas las que sean necesarias!

El tiempo es circular; estamos aquí cumpliendo misión tras misión y, éstas son infinitas.

—Por qué quiero

Por qué sé

Por qué puedo: añado otra bolita más al almanaque. Me felicito por ser lo que quiero ser, una mujer tranquila—.

No podéis imaginar la fuerza que esto proporciona a la hora de enfrentar el porvenir —que es una cosa que cansa mucho, mucho, mucho—.

Cumplimos otro año, lleno de todo, de vida, de risas, de frustración, de alegría, de llanto, de VIDA, en definitiva...y, ya no me pregunto: ¿Por qué? ...me pregunto: ¿Para qué?

Para estar viva, para vivir, para soñar...todos los principios son los mismos...en búsqueda infinita de aquello que te hace vibrar, bailar con la vida...y bailar, y bailar, y, no parar...

¿Dónde nos llevarán los próximo 12 meses? Haremos recuento llegado el momento. Ahora toca procurar llenarlos de emoción al máximo, de la máxima emoción...de no caer del todo en los malos momentos y, de levantarse con dignidad de esas caídas, de las zancadillas que nos pone la vida...

Una exposición en Amsterdam, un documental y un libro de 160 páginas recogen el trabajo de Anne Dijkhorst sobre los youngsters, —denominados los hispster canosos—, los urbanitas entre las personas de edad, personas mayores, pero aún llenas de vida, activas, enérgicas, que dan al envejecimiento una nueva perspectiva.

Yo, que estoy ahí, en tierra de nadie...entre lo hispster y lo youngsters...convencida de que es mucho más —amén de modas y anglicismos— lo que me queda por hacer que lo construido hasta ahora.

El paso del tiempo hace que nos habituemos al mundo tal y como es, perdiendo toda capacidad de asombro.

Quiero no acomodarme, quiero seguir sorprendiéndome día a día, sobre todas las cosas quiero que, nadie mate mi alegría, mi sonrisa, mis ganas de vivir.

¡Enhorabuena a los abriles que, como yo, compartís mes cumpleañero! Va por vosotros, va por mí.

«Damos el reloj al niño para que aprenda la noción más terrible de la vida que es la del efímero tiempo y nos choca que lo estrelle contra el suelo indignado».

—R.G. de la Serna—








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