LOS CRISTALES TAMBIÉN QUIEREN BAILAR


«LOS CRISTALES TAMBIÉN QUIEREN BAILAR»

Cristales que en mil pedazos bailan al son del viento que los eleva, tornando hacía una nube que los soltará contra el suelo.

Noches de insomnio dónde el tiempo transcurre y ordena pensamientos en los que encontrar respuestas sin el menor atisbo de preguntas.

Vagando por un sueño despierto que quisiera hacer mío; dormir…soñar…dormir soñando.

Tras los cristales la noche, el frío y un silencio atronador que invita al más incólume recogimiento como si la paz interior convocara un sueño imposible. Revestida de un empoderamiento que nos lleva a creer en la realización de cualquier imposible. Comenzar de cero, desaprender, poner en práctica la acción del desapego.

Los cristales bailaban al son de una música redentora…

Quieren bailar y se estrellan, se dividen una y otra vez en pedazos, buscando una admonición a través de un mal incorregible.

¡El baile de las ventanas que dan al mar! Esa magia danzarina que refleja todo el azul del universo: cielo y mar en un desplazamiento horizontal inimitable.

Esa noche los cristales de mi ventana bailaban acompasados, mostrando la luz a preguntas innombradas, secretas, envueltas, recogidas en un paquete de regalo que quizá no llegaría a abrirse nunca, o tal vez cambiara a otro destinatario capaz de recoger la magia encerrada.

El desierto está formado por polvo de cristal. Un espejismo, la intuición de lo que queda impregnado en ese polvo…

¡Aquel baile era una fiesta! Lo menos importante era el motivo, —aunque este fuera capital para ella—. Había logrado un sueño que jamás soñó…—o sí— …

¡Una fiesta genial! Lo fue gracias a que el universo que es muy sabio pone en el camino a los imprescindibles; esos que llegan a tu vida desde la más pura serendipia, para llenarla, enseñar, compartir momentos que no conviene dejar escapar.

 Leí —no recuerdo dónde— que, la amistad es como el amor, pero sin sus alas. No estoy muy de acuerdo con esta afirmación. La amistad te proporciona unas alas de libertad que pocas veces ofrece el amor. La amistad para mí es la prueba de amor más infinita. Seres que llegan a tú vida, te ofrecen lo mejor de sí mismos, comparten contigo los tropiezos, los derrumbes, las tristezas y, ¡cómo no! ¡La alegría de vivir! ...no creo que haya unas alas más potentes que esas. Inmortalizando recuerdos a través de esa comunión que es la AMISTAD. Un abrazo cuándo estás rota, una palabra que clarifica la emoción que te está matando en el momento… ¡esa frase que te salva! Es definitivo para crecer más y mejor…

Amistad que se ofrece: generosa, sin pedir, perdonando, aceptando…que quiere en los peores momentos cuándo el mundo mira para otro lado ella te da la mano, tira hacia arriba, empujando, hasta conseguir lo que no lograrías por ti misma.

Pretérito Pluscuamperfecto del verbo amar: Yo, hubiera amado a amigos que perdí por el camino, quizá para dejar espacio a otros nuevos que deberían llegar, a los nuevos que seguirán apareciendo…

Una vez elegido vuestro tiempo verbal: ¡no paréis de bailar!

Los cristales buscaron su pareja y danzaron en un baile sin fin.

 
















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