DE IGUALDADES, DESIGUALDADES Y ENCUENTROS
Comienzan a cansarme los días
internacionales con su celebración correspondiente.
Hoy, 8 de marzo, las redes
sociales y todas las noticias agobian hasta la extenuación con una
conmemoración que para mí debería tener otro tinte. Sin obviar la importancia
de miles de mujeres que hicieron posibles muchos de los derechos de los que hoy
disfrutamos; la crítica, en mi caso viene por otros derroteros.
Hace unos días en la tertulia
de radio a la que acudo se planteó el tema. Y, como no, con sus divergencias,
—siempre las hay—, parece ser que entre feministas de pro —o de manual, no sé
muy bien—, mis opiniones creo que no fueron bien recibidas.
Como mujer, la vindicación
debería ser la aceptación de valores sin merma por razón de género. Hasta aquí,
todo bien. El problema surge cuando me cuesta entender el tema género en el
léxico…para mí, usar el genérico no disminuye en nada el valor de una mujer,
esto no debería plantear problema, según mi criterio.
¿Qué somos distintos? ¡Claro!
¿Pero en qué momento esa distinción ha de ser un problema? Creo que deberíamos
fijarnos más que en las diferencias, en los puntos que nos unen. Yo, no me
siento inferior —tampoco superior—, a un hombre. Satisfecha de ser mujer, entre
otras cosas porqué creo que ellos algo se pierden de toda esa gama y multitud
de colores que lleva implícito este género.
Se planteó —como no— el tema
de la mujer en el mundo laboral. Lo difícil según opinión del grupo que es
llegar a puestos de responsabilidad. Una vez más, en desacuerdo. Cada una
hablamos desde nuestro «mapa», y, así, es muy difícil conciliar opinión. Lo que
algunas mujeres no están dispuestas a aceptar es que, en el mundo empresarial,
en el de casa, en la familia…en cualquier ámbito…las trabas no vienen impuestas
por los «malvados» hombres…sino por ellas mismas…que para crear un mundo mejor
y erradicar ideas machistas, dejemos de mirarnos el ombligo y aceptemos de una
buena vez que las diferencias están en las ideas, no en la realización y mucho
menos en la creatividad. No creo necesario la equiparación con los hombres;
igualdad no significa que tengamos que ser idénticos.
Si ser mujer no es fácil,
tampoco —ni mucho menos— lo es, ser hombre.
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