DE DOS EN DOS. ENTRE DOS.
Existe en alguna parte un yo
empujando a otro yo.
Cada mañana, en esos segundos
que van del duermevela a la plena consciencia, nos encontramos zozobrando en
una tierra de nadie, confundiendo flashes de sueños con la realidad.
¿Qué es realidad y que
inventado? ¿Qué ideamos cada despertar para dar este corto paseo que es la
vida?
Hay un yo irreverente,
quejándose de todo, por todo, y, sobre todo. Hay un yo amaestrado por siglos de
una cultura amoral impuesta a martillazos. Hay un yo que lucha por acabar con
todo.
Hay un yo escondido sin
manifiesto de ninguna clase para no ser alcanzado, protegido en el más austero
de los silencios, dialogando con su opuesto sin alcanzar ningún pacto. Hay un
yo, hay un tú, hay un quizá.
Mis dos yoes son vecinos por razones ajenas a su voluntad. Vecinos mal
avenidos a los que les ha tocado compartir un espacio que no han elegido,
enfrentados por un «quítame allá esas pajas» hasta que un día se miraron de
frente y, en ese choque, no les quedó más remedio que aceptar a regañadientes
su similitud.
Mi yo no es el que ves, —ni
siquiera se muestra sincero con mi otro yo— al que indefectiblemente tiene que
encarar.
Cada cual en su mapa sin
compartir territorio.
Comentarios
Publicar un comentario
Soy toda "oídos". Compartir es vivir.