AUTOPISTA. #MICRORRELATO.

         


La autopista reina conserva su título gracias a la servidumbre de sus afluentes: carreteras secundarias.

El día que la maleza ocultó los polvorientos caminos, la vía de peaje obligatoria que, hasta entonces ostentaba el cetro de principal, perdió su báculo.

Hoy algunas hormigas cabalgan a lomos de saltamontes, entre guijarros refulgentes al sol que se apagan con la luz de la luna.

La largura o cortedad de la carretera es directamente proporcional al tamaño que le otorga su soberbia.   





                            



















Comentarios

Cuentos chinos

DESGRACIAS, GRACIAS Y DESVENTURAS DEL PRIMER MUNDO

AQUEL EXTRAÑO VERANO

UN ENANO EN MI PECERA

LA PRESENCIA DE LA SALA 33

DESHISTORIAS DE LOBOS Y CAPERUCITAS

INVISIBILIZACIONES

EL VIAJE DE CASTO

HACIA EL FONDO

EL OJO DE LA CERRADURA

DE VEHÍCULOS Y PERSONAS