POMPAS VOLADORAS
Mrs. Sallow y su amiga Mrs. Lughty habían encontrado a diez kilómetros de su ciudad un antiguo hangar donde
vendían cereales alucinógenos al peso de la marca «Pitanguinho».
Ufanas, ignorantes del mágico
contenido de los mismos, compraron a destajo. Sus hijos en plena digestión no
podían contarles lo que a sus ojos era una realidad:
¡Las mujeres voladoras
inundaban la ciudad!
Mrs. Sallow y su amiga Mrs. Lughty en su ignorancia,
castigaron a los niños a comer cereales en el desayuno, la merienda y la cena,
de tal forma que, los infantes repetían la cantinela sin parar:
¡La
ciudad se inunda de burbujas voladoras transportadoras de mujeres!
Cada vez que las señoras oían
esto, añadían un tazón de cereales a la dieta de los párvulos…
Lejos de remediar el problema
de la machacante letanía con la que sus vástagos castigaban a diario a sus
egregias madres, la cosa se hizo insostenible, pero, ahí está el universo,
siempre al acecho.
Una mañana camino de la
escuela, el paso de los rapaces fue cortado por el aterrizaje de una burbuja.
Esta, accionó un resorte mientras soltaba por la hendidura abierta una especie
de ventosa atrayendo a los dos niños. Una vez acomodados en su interior, la
bola, sobrevoló los tejados de la ciudad camino de un universo alternativo del
que a día de hoy no se tienen noticias.
Mrs. Sallow y Mrs. Lughty en
la espera de volver a ver a sus hijos, acabaron con todas las existencias de
los «Pitanguinho» por lo que, es de
prever que hipotéticamente acabaran por reunirse con sus hijos.
No se tienen noticias. Imaginemos
por tanto lo mejor que pudiera ser útil a cada cual.
Relato a partir de una imagen de: Melvin Sokolsky.
Según cómo se miré, quizá es así como las nuevas generaciones puedan emanciparse y volar del hogar familiar.
ResponderEliminarEs una posibilidad, dado que el mundo va como va...¡quién sabe!
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