PÁJAROS EN EL INSALUD
A veces cambiar la ruta diaria
te lleva a hallazgos como este: una jaula de puertas abiertas y, por
consiguiente, vacía. La primavera ausente huye de este Madrid enajenado por
circunstancias ajenas a la voluntad de sus pobladores, o para mejor decir, de
algunos de tales.
Al ver la pajarera vacante una
asociación de ideas me llevó a la canción de Sabina que alude al hecho de que la
situación en este pueblo lleva a los pájaros a la consulta del psiquiatra y a
la falta de espacio para sus moradores.
Imagino dicha consulta ubicada
en un centro de salud colmado hasta el techo, lleno de trinos confundidos,
alterados, desafinados y a un posible director de orquesta incapaz acallar el
ensordecedor ruido de aquella imprevisible desbandada llamando a una
inexistente auxiliar que venga en apoyo de una situación que escapa por
completo a su dominio. Incapaz de reconducir el estado desolador de la sala
clama atronadoramente una protección que no llega.
Pero no hay auxiliar que
auxilie, no hay refuerzo que fuerce ayuda alguna, no hay esperanza esperando resolución
al agravio que representa la ausencia de una salud perdida entre vahos de
impudicia…
…Al fondo de la sala se
escucha a Sabina:
«Allá
donde se cruzan los caminos
Donde
el mar no se puede concebir
A
los niños les da por perseguir
El
mar dentro de un vaso de ginebra
Los
pájaros visitan al psiquiatra
Las
estrellas se olvidan de salir
La
muerte pasa en ambulancias blancas
Pongamos
que hablo de Madrid
Cuando
la muerte venga a visitarme
Que
a mí me lleven al oeste donde nací
Aquí
no queda sitio para nadie
Pongamos
que hablo de Madrid…»
A veces algunos pájaros llevan tanto tiempo viviendo en la ciudad que se creen libres, cuando no tienen ni idea de lo grande que es su prisión.
ResponderEliminarPues esta pájara que suscribe sabe muy bien de lo aprisionante que es vivir en este pueblo al que la gente llama ciudad y capital del reino. Lástima no tener alas.
EliminarCómo me ha gustado lo que escribes, por más que se te sienta harta, asqueada y no sé que más de Madrid...Sabina, lo suaviza mucho ; ) Es duro vivir en una ciudad como Madrid, pero al final no es la ciudad, es la sensación que se tiene estés donde estés, ánimo! hasta en Madrid salen alas para poder volar, al fin y al cabo ya lo haces en letras y ten confianza, a alguien se le ocurrió costruir esa jaula abierta ahí. Que se habra la tuya ; )
ResponderEliminarUn placer descubrirte en esta primavera recién estrenada, que los pájaros no te ensordezcan ; )
Harta es un calificativo fino para no usar otro bastante más grosero. Vivir en Madrid se ha convertido en una carrera por la supervivencia...pero bueno, eso es un tema que ahora no debe ocuparme al agradecer tus comentarios que son generosos y fortalecen las alas para afrontar la espinosa tarea de escribir. Muchas gracias, María, espero que tu primavera esté llena de luz, sin ruidos, sin tropezones...¡Un abrazo!
EliminarSabina!!!! No me canso de escucharlo. Saludos
ResponderEliminarMe alegra compartir el gusto por Sabina contigo. Saludos de vuelta.
EliminarEstaba yo encantada de vivir en Madrid, hasta que anido aquí una “pájara” depredadora de cualquiera de las pocas cosas buenas que dejaron sus antecesores, casi siempre de PPodrido.
ResponderEliminarYo ahora volaría a cualquier lugar del mundo donde, ni se escuche ni se vea, cualquier atisbo de su locura, locura que ha terminado con la paz de los ciudadanos, de esta comunidad que llevábamos como podíamos toda la inmundicia que ha traído esta “pájara loca”, que nadie es capaz de encerrar en una jaula con mil cadenas y mandarla a otro planeta, donde no haya ancianos que matar, niños que des educar, enfermos que maltratar, medios que manipular, compañeros que defenestrar ni dinero que robar.
¿A quien hay que poner velas, a Jesús el del madero o al que anduvo en la mar?
Gracias Chelo, siempre acertando en el centro del clavo. Un placer leerte.
Suscribo cada una de tus palabras sin omitir ni una coma. Responsabilidades de madre me tienen aquí atada...pero en cuanto pueda emanciparme de ellas: ¡Vuelo! Gracias por tus comentarios, me alegra saber que disfrutas el escrito. Un abrazo.
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