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Mostrando entradas de septiembre, 2025

EL REEMPLAZO DE LA NATURALEZA

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Un gigante agitaba sus verdes brazos pavoneándose en un entorno del que se creyó dueño y señor. Con sus aspavientos espantaba a cualquier ser que quisiera instalarse en sus ramas. Un milenio aprovechando su estatus de poder sin tener en cuenta que había alguien más poderoso que él.  El cielo se tiñó de negro, una orquesta de timbales anunciando la fiesta que se acercaba y, la soberbia del encumbrado se vio recompensada con un halo luminoso que lo derrumbó de un espadazo dejando a ras de suelo carbonizado, todo aquel derroche de egocentrismo. Por oquedades que surgieron parecían brotar venas que quisieran insuflar otra vida, pero no, el ave fénix voló de este nido.   Aquel gigante ahora no es más que el refugio de todos aquellos que un día despreció ahuyentándoles de sí y, ahora, dueños de sus cenizas.  

UN VIAJE DISTÓPICO

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  Fijó la mirada en la raya que, traspasada, indicaba el precipicio a priori oculto. Su intuición gritaba la inconveniencia de pisarla o atravesarla. Las rayas delatan el límite infranqueable; al otro lado del espejo la niebla cubre cualquier intento de viaje. Ella se atrevió a cruzar. —«Después de esto quizá no haya nada», gritaba una voz interior. En su incesante batallar, pisó la banda, saltó hacia la nada. Al otro lado, un ser alado recogió las cenizas del sueño que quedó calcinado en el cruce del guion. El despertar de aquella mañana trajo una jornada sin sol, sin viajes. Despertó el día anubarrado…No hubo paz en el último trayecto, ni billete de vuelta para un viaje que inicia en contra de la propia voluntad. Octubre con su traje húmedo se alargó por tres meses. Desde entonces Madrid quedó mirando hacia el este por si al sol se le olvidaba salir.          

LA CUERDA, CUERDA

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  Un sutil taconeo apenas perceptible atraviesa de norte a sur la ciudad. Los zapatos rojos que adornaron unas piernas exquisitas siguen manteniendo el lustre entre décadas de idas y venidas.  Un pájaro se une a ellos intentando imitar el andar suave y glamuroso de los pies vestidos de rojo. Su impericia lo hace abandonar; emprende el vuelo antes de demostrar su ineptitud. Un acorde de samba llega hasta la cuerda. Los zapatos bailan al ritmo impuesto de dos hermosas aventureras y aventuradas piernas. Ni en la noche oscura, ni en los días grises detienen su andar. No se cansan.  No llegaron hasta allí para reposar.    

MRS. BLACK AND WHITE

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  Mrs. Black and White es una señora cuasi perfecta.  Tiene una casa perfecta, un marido perfecto, unos hijos perfectos, una dentadura perfecta. De moral ¿Irreductible? Pues depende del prisma desde el cual se fije la vista. Su ropa blanqueada, ¿Su moral? ¿A cuál de sus dos apellidos se asemeja? Recibe a su amadísimo esposo en el porche de su casa, rebequita echada sobre sus redondeados hombros, sonrisa amplia mientras declama: —¡Querido! ¿Cómo ha ido tu día? Sobre la mesa preparado tienes tu vermut con soda y un aperitivo. Él, no da visos de devolver la pregunta. Todo en su dulce hogar es perfecto, con la perfecta señora negra y blanca…no hay preguntas, todo transcurre como «diosmanda». ¿A quién le puede importar que el mundo detrás de su dulce hogar implosione? Los niños corretean por el jardín. Como signo genético impreso son ciegos a lo que se desmorona fuera de su mágico oasis. …Pero (maldita conjunción adversativa), cuando esa mañana Mrs. Black and Wh...