LA POSIBILIDAD DE LO IMPOSIBLE
«He
preferido hablar de lo imposible porqué de lo posible se sabe demasiado»…
Así reza una canción de Silvio Rodríguez: «la palabra amor, aun
me suena a hueco»…
Tarea ardua en aquello de
ponerse de acuerdo a la hora de establecer entelequia tal como la de los amores
imposibles, y, que en mi opinión no es tal, sino su antónimo: autenticidad.
Desde un punto de vista
absolutamente subjetivo, creo que los así denominados son los más posibles,
mucho más que los entendidos o tenidos por reales, como si estos formaran parte
de un axioma que los encumbra a la más feroz y temida imposibilidad de
realización.
Es en la no materialización
dónde queda registrada la única forma de amor comprensible, mientras una
realidad edulcorada no sea capaz de corromper emociones con su procaz
desmesura.
¿Qué es, en que consiste un
amor de los llamados reales?
¿Qué es, en que consiste un
amor imposible?
Los términos están cambiados.
Si el primero se sustantiva en
compartir un espacio-tiempo en el que, poco a poco y en ocasiones, se convierte
en verdadera trampa; el segundo vaga libre en su propia esencia lo que le
convierte en insustituible, libera y a su vez recarga de una realidad
intangible para muchos, porqué desde un prisma desenfocado no se aprecia el
beneficio que puede contener la no materialización.
Es en el ensueño dónde habita
y se esconde la mejor forma de amor. La realidad acaba por estrangular ese
«algo» que, en el «imposible» siempre permanece intacto, ni los días, ni los
componentes pueden con él.
El siguiente texto me lo envía
una buena amiga con la que sigo debatiendo sobre lo posible y lo imposible.
Quizá no lleguemos a un acuerdo, pero la importancia no está en encontrar razón
a lo que posiblemente carezca de ella. Lo verdaderamente importante es
desmenuzar el tema hasta dar con la sinrazón que a cada cual habita:
«¡Ya
lo creo!
Por
amor sería yo capaz de todo....
Aunque
no deja de ser el amor una ficción,
Es,
sin embargo, la más bella mentira de la vida.
¡Y
tanto!
Quítele
usted a nuestro aburrimiento
cotidiano
estas gotitas de ilusión...
y
no quedará nada!
Y
siendo esto lo único
que
merece la pena, que
se
viva y de vivirse,
dígame
si no puede sacrificarse por
este
simple detalle la misma vida....»
—Cualquier
reclamación que sea sin membrete—...
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