HALLOWEEN
Halloween: La
noche de los muertos vivientes…
Halloween:
fiesta fin de verano de origen celta. Convertida verbigracia para no se sabe
con qué fin salir a la calle convertido en un fantoche y hacer el ridículo de
la forma más inconmensurable.
Esta forma que tenemos de
aglutinar costumbres se nos va de las manos como si en este país no tuviéramos
suficientes acontecimientos que
celebrar.
La fiesta de todos los santos
en tierra de mis orígenes era eso: fiesta para celebrar u honrar a los que ya
no estaban, y, nadie acudía disfrazado, muy a pesar de la careta impertérrita
que llevan algunos.
Vale, muy bien, ¿os divierte?:
¡a ello!, ¡sin ambages! Pero, que mortificación salir a la calle estos días a
comprobar cómo se entretienen algunos.
Las calabazas para según qué
cosas, o para cocinarlas, que por cierto la crema hecha con ellas está
buenísima… ¡llevar a los niños a pedir caramelos! ¿De verdad alguien se plantea
que estos pobres adoctrinados por según qué padres, quieran caramelos?...
Después viene eso de las
macrofiestas-desfiles de «vamos a pasarlo
bien»…estoy por disfrazarme de sol, acudir a una de ellas a ver si tengo
suerte y eclipso al personal.
Estamos fatal, de verdad,
fatal, fatal… en mi defensa diré que no hay nada que me guste más que una
fiesta, pero lo de las imposiciones siempre lo he llevado fatal, si son en
masa, más todavía…vamos a hacer rebaño que algo queda…
Disfrazaos, que tengáis suerte
y no se os caiga la careta no vaya a ser que entre tanto alguien vaya a
percatarse de que en realidad era el disfraz de lo que realmente queríais
ocultar.
Imaginad una Semana Santa
sevillana en Cincinnati, ¿Raro? pues
ahí lo dejo.
Que cunda el ejemplo y los
países anglosajones se dediquen a importar nuestras fiestas…
«Tengo
la sensación, muy agradable, de que del mundo actual me estoy perdiendo un
montón de cosas que no me interesan nada».
—J.L.
Cuerda—
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