LA VIDA SIN TI
Cada día de la semana trae
consigo su color asignándole el correspondiente brillo, su oscuridad o su
fracaso, su alegría, sus penas, sus triunfos y sus derrotas.
Unos estamos vivos y
otros nos limitamos a respirar sin reparar en gastos tales. Es así, como se
conforma la historia de cada uno a través de un caleidoscopio que distribuye a
su antojo el color que ha de tener tu despertar.
—El lunes fue blanco;
blanco inocente, blanco humildad. —Dijo el primer actor.
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Hoy mi día es rojo... |
—Mi martes naranja me
acarreó el éxito que tanto esperé. —Añadió el segundo.
—Pues el miércoles me
tropecé con el aura amarilla de la sabiduría que perdí aquel otoño de mil
setecientos… —Anotó el tercero.
—No estoy seguro, creo que era jueves cuando me aplicaron con nocturnidad y alevosía la espada verde de la envidia que, un rayo amarillo, consiguió neutralizar. —Reflexionó un cuarto.
—Aprendí que los
viernes son azules si a la confianza le añades calma y, estableces estabilidad
a tus impulsos. Dicen que el viernes es masculino, pero yo creo que las
cualidades ‘azules’ tienen una buena dosis de feminidad. —Apuntó el quinto.
—Fue un sábado. Un
sábado negro de misterio, poder y sofisticación cuando me crucé con él por una
acera atiborrada de gente y luces.
Una ráfaga de sus ojos
me cruzó de lado a lado…mucho tiempo después supe que…—El sexto deja en solfa
el «después» …
—Del color gris se dice
que representa neutralidad y equilibrio…que mezclado con la comodidad y la
naturaleza del marrón conforman el día perfecto para perderse, dejar descansar
la mente y abandonarse al deleite del no hacer nada.
Mi domingo gris tuvo
todo y nada que ver con este aprendizaje: «Sin
ti, la vida comienza a tomar sentido».
Nada es verdad. Nada es
mentira. Todo depende del color que quieras poner a tu vida…
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.