TANTO MONTA, MONTA TANTO

 

¡No seas bovina! ajústate las gafas o todas las *bacas del huerto de laureles que vamos a atravesar van a tomar posesión de tu retina.

—¡Y tú qué lo digas! ¡Muuuuuuuuuuuuuuu!

Él, hablaba con su vaca Rosalía. El personal creía que algo no andaba bien en la cabeza de Lolo para creer que mantenía un diálogo con un mamífero de cuatro patas, vegetariano y cantante. Lo tenía todo el herbívoro.

—Yo, lo que más temo es que un día se canse y no me conteste, o peor, que se quede muda. Es mi único miedo. —Decía Lolo.

Y, así, de pueblo en pueblo, de feria en feria, Rosalía, emitía sus ¡muuuuuuuuuuuuuuuussss! que a decir de los entendidos era pura poesía calcadita de Góngora,«poesía» que hacía crecer su bolsa a reventar de maravedíes, y si te he visto, no me acuerdo.

Lolo la mimaba tras cada actuación. Cubría su cuello con pieles importadas de China; le daba a probar los más ricos manjares siempre con la intención de mitigar el miedo a que por un «quítame ahí ese micrófono» fuera o fuese a perder sus mugidos.

El rebaño seguía aquel melodioso –o lo que quiera que fuese- mugir de la bovina. La cosa del tarareo no se avenía al no entender el lenguaje vacaranil, pero nada importaba, con citar a Góngora todo arreglado.






Lolo y su mamífera, seguían a lo suyo, con su amor de mamíferos un tanto amojamaó, pero mire usté, ¡si la bolsa está llena! ¿¡Qué más se puede pedir!?

 

(No busquen ustedes tres pies al gato, que solo tiene dos. Ni parecidos con realidad alguna, que esto solo es producto de la imaginación de quién nada entiende de vacas).

*Baca: Fruto o baya del laurel.





Comentarios

  1. Que la vaca se llame Rosalía tiene su qué. Además, si hay una vaca que ríe y encima salía por televisión, por qué no una que habla.

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    1. ¡Y que baile Cancán!...Hay vacas y vacas, y esta, tiene su "Qué" su "¿Cual?" y su "noséparaqué"...gracias por comentar. ¡Saludos!

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  2. Me encanta tu alegoría de la vaca, las bacas y el conductor de la moto con sidecar; no sé muy bien si por tu fina ironía o porque ¡oh casualidad! Mi hermana se llama Rosalía y yo Lola. Gracias por alegrarme el día, aún me duele “la caja” de lo que me he reído.

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    1. ¡Qué alegría da saber que alegras el día de alguien! Gracias a ti por tus comentarios, y felicidades a las Rosalías y las Lolas que nada -o poco- tendrán que ver con los protagonistas de esta historia. ¡Saludos!

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