CÉFIRO #Microrrelato
Tierra de impetuosos vientos, no llegó a experimentar la
calma que ostentan los días soleados. Sentí la brisa en mi rostro.
Sentí que la brisa asentada en los rostros ajenos que me
rodeaban bordeaba un mar de inmensas nubes.
Quizá era el camino hacia el sol.
Quizá…
Sentir, sentir el viento, sentir lo que sea es siempre el camino hacia la luz, por más que ese camino esté lleno de sombras y oscuridad... el viento lo limpia todo de nubes y sí, al final siempre luce el sol. Un placer leerte!
ResponderEliminarUn abrazo !
Sentir que el viento borra nubarrones oscuros y nos empuja hacia el sol...qué bonito tu comentario. Muchas gracias María. ¡Abrazos!
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