MIS QUERIDAS FAKE NEWS
Esos
momentos en los que no sabes bien porqué se cruzan los cables de
acontecimientos transcurridos a lo largo del año, y, te entra una especie de
urgencia de hacer resumen.
Un año más. Otro. ¿Qué hay de nuevo?
La respuesta es
sencilla: nada. Cambian los escenarios, los actores, pero la «obra» se repite
con más ahínco que un tsunami.
Estados,
Organizaciones, Políticos —de poca monta— activistas…todo un tinglado de
engañabobos intentando que comulguemos con ruedas de molino.
La
salvadora del mundo: una marciana sueca de la que no se sabe muy bien como
viaja por el mundo, yo creo que lo hace en teletransportador —no contaminante— una marioneta con un ejército de títeres vitoreando desde la más pura
ignorancia, o peor, con el beneplácito que da el vivir con los ojos cerrados.
Partícipes
de una «cumbre» que para lo más que ha servido es para cepillarse la energía que
podría consumir el planeta en cien años. Todo sigue igual. Les importa el
planeta lo mismo que me importaría a mí ser nombrada priora del monasterio de
Silos.
Políticos
de nivel cero, no hablo de inteligencia, hablo de un mínimo de cordura. Imponiendo
de la forma más arbitraria sus insignias, tratando al personal como si al resto
le faltara lo mismo de lo que ellos carecen.
Mientras
tanto, la lucha por sobrevivir en un mundo cada vez más hostil, se ha convertido
en la batalla perdida que ¡oh! Soñamos con ganar algún día.
El
mundo de las «Fake News». Con unas tragaderas enormes, vamos creando ilusiones
falsas, con la inquietante despreocupación de llegar a ver ese mundo idílico que
ya no es posible.
…Y
entre tanto…hordas enloquecidas consumiendo unas fechas sacadas de algún
calendario «Fake News», al objeto de seguir soñando una realidad acomodaticia.
El
mundo se ha convertido —lo hemos convertido— en un espacio de mediocridad
doliente en el que reina la más estrepitosa vulgaridad. Basta con echar una
ojeada a los canales televisivos, a los periódicos…
—¡Vivan
las «Fake News»! —Grita al fondo una voz sin amo.
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.