MAGIA
En esta tarde la magia escondida
tras los blancos arcos que extienden sus redondos brazos dando la sensación de
continuidad a una calle a la que conceden un protagonismo del que no disfrutarían
de no ser por su existencia. La magia acecha tras la última construcción de la
vía.
Una sombra se refleja en el
suelo lo que delata la presencia de alguien refugiado tras el edificio de la
esquina. Como si quisiera esconder su desdicha detrás del muro; no quiere ser
vista, devorada por la mirada de ningún fantasma.
Al abrigo de la pared
agudizaba el oído; el sonido de unas presentidas pisadas acompañado de un
soniquete metálico lo pone en guardia a medida que el golpeteo se acerca…
La
magia de lo oculto tras la esquina; los trapicheos del encantamiento detrás de
los arcos donde unas cortinas bermellón ocultan la entrada a los mágicos
placeres de lo prohibido, recogerían a la niña en pos de su aro. Tras cruzar
aquel umbral el hechizo tomaría consistencia.
La niña se deshizo de su disfraz de mocosa abandonando el
capullo que hasta entonces había sido su refugio, habitando desde ese momento
el mundo mágico de los placeres prohibidos.
«Nos
hemos reunido aquí para unir en santa comunión la magia que brota del papel
cuando en él se posan las letras de una canción no escrita. La música que
brota; la magia de las palabras». —Anuncia una voz en off.
Ajena a la magia que oculta el
lugar, la niña recupera su aro, lo empuja hacia el horizonte en dirección a un
futuro imprevisible en el que quedarán impresas todas las palabras que una vez
habitaron el pensamiento, vergonzosas, remilgadas, miedosas, que por fin, encontraron
el camino para hacerse visibles.
La salvación y la condena a
veces van acompasadas. Si bien de aquella crisálida nacieron las más bellas
obras escritas, el revés, fue verse sometida a la tiranía de la escritura que
no concede descanso ni en las horas de sueño, instalando la vida en un barco
para el que no existe puerto.
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Soy toda "oídos". Compartir es vivir.