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«EL NÚMERO MARCADO NO EXISTE O ESTÁ FUERA DE COBERTURA»

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#Microrrelato El teléfono resuena impenitente en la oficina de un dios al que se accede con un número cuando menos sospechoso: seis ceros iniciales, le siguen seis seises, y, a estos, le suceden otros seis ceros: señal impertérrita de «comunicando». Truenos, rayos, centellas… la noche en que la tormenta dio paso a que, por fin, ese distraidísimo señor de las alturas, descolgara por fin la llamada para colgar a continuación con un exabrupto:  —¡Esto es un infierno!

EN LA ESTACIÓN

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El viaje en tren es quizá la más certera de las metáforas de la vida. Se va de una estación a otra, de un modelo de tren a otro, recorriendo un mapa infinito en el que, el viajero, ansía perderse, guardando en lo más recóndito el deseo de retorno al lugar donde nadie lo espera, pero que, por desgastada costumbre, no logra desterrar de su anhelo. Se viaja con la pretensión de salir de una vida en ocasiones incómoda, que sentimos no nos pertenece, tratando o soñando que el viaje traerá hacia nosotros el paraíso necesitado, otra vida, otras quimeras, obviando a la vez, que todo lo buscado a través del chirrido de los raíles, el lugar preciso y precioso pretendido, ha sido pateado una y mil veces…tarde comprendemos que ese lugar es el que habitamos, que no está a mil kilómetros ni a diez mil, que el viajar descubre en cada paisaje que todos los paisajes son uno, y todos los lugares de la tierra el mismo ocupando distinto punto cardinal. En cada parada, en cada estación se establece un nu

SILUETA. #MICRORRELATO

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Se paró a reverenciar su sombra.  En la genuflexión, ésta, desapareció.

UN LÍQUIDO EN EL CUERPO

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Por mis venas corren ríos de sangre de mil y una noches de pena, de otras tantas alegres, de fuegos fatuos y eternos, como luciérnagas que amparan mis días. Por mis venas corre la savia de un saber acumulado a través de generaciones de mujeres enfrentadas al destino que el universo les impuso sin preguntar, sin consultarles siquiera. El líquido verdoso rezumado de las piedras milenarias que amurallan mis orígenes, acompañado del líquido apasionado de sus místicos, hacen sombra a mi yo tan poco pío. Expío la culpa de los ríos secos de mi espiritualidad. Por mis venas corre como un caballo desbocado el ansia de libertad, el de la paz anhelada para un mundo sin sangre, sin ganas de soledad, de la paz que la soledad establece, de la perdurable paz que habita dentro de cada ser, la que no estorba, la que acompaña más que cualquier turba ingente de mala compañía. Soledad, esa savia sabia, que corre por las venas de los denominados raros , extraños, los que no se avienen a derramar su

HE VISTO UN FANTASMA

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Una historia de fantasmas tan reales como la vida misma. Negar la visibilidad de ciertos fantasmas no impide la existencia que les concede su invisibilidad. Sábado. Despierto temprano. Preparo el desayuno. Me instalo en mi habitación portátil en ristre. En la cocina he dejado al fuego un arroz para que, mientras tecleo, quede listo…y tal, y tal… ¿Y qué tal? ¡Pues que olvido por completo el arroz, la cocina…el fuego!; a mi nariz, es cierto, llegaba un cierto olor a tostadas, mientras, pensaba que: «demasiadas tostadas estaban haciendo los vecinos o se habían puesto de acuerdo con poner el tostador todos a la vez». Comienza a lacrimar mi ojo izquierdo, abandono la poltrona y me dirijo a la cocina…la cocina fantasma, porque una densa nube de humo inundando todo el espacio impedía su visión. ¡Me cago en todos los patos de color verde! La cazuela negra como una playa de lava, el arroz un emplaste duro y negro, la cocina… ¡la cocina! Bueno pues nada…que no he visto fantasma alguno,

BESOS

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Hay besos resucitadores de aletargamientos. Hay besos matadores, redentores, traicioneros, delatores y maquiavélicos… Hay besos que no conviene recibir, y, mucho menos otorgar. Hay besos condenatorios como los hay salvadores… …Y luego están los besos que no se dan: esos son los verdaderamente importantes. Agradecida: Felicidades!! Tu post  BESOS. Un #microrrelato de besos, quicos, picoretes y ósculos  ha pasado a la Portada!

LA TECLA

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Ahí seguía la tecla, desafecta hacia el tirano, como si este no la hubiera golpeado una y un millón de veces. La tecla hiriendo con saña el papel, dejando en él la llaga impresa a través del mandato de su impulsor. La tecla, con voluntad de hormiga, va horadando punto a punto el verso derramado desde la autopista del pensamiento a la meta que es el papel. Las teclas huérfanas de tinta dejan la sombra que espera ser regada. El rodillo cargado de letras, da vueltas cual noria inagotable, que va hilando palabras como el orfebre que tatuara la música que las habita. …Toc…toc…toc…la tecla canta, la tecla entona el ritmo de la canción que deja impresa, matrimoniándose con la tinta que emborrona el folio otrora impoluto; ahora, manchado de sangre.

AQUEL AL QUE TODOS ODIAN: EL TORO ALADO

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La luna llena de aquella noche, iluminaba los campos, como presagiando con su luz el drama de sombras al que en un futuro estaría abocado el nuevo morador. Todos los residentes de la finca disponibles en el momento crucial, aquel en el que los ojos desperezándose, se abren al mundo, ese, en que madre e hijo enfrentan el primer contacto visual después de tiempo de sentirse sin verse. El grupo se arremolina alrededor de la parturienta con el propósito de ofrecer su ayuda en un parto que, asomaba difícil; el neonato venía de nalgas como profecía futura. Había que emplearse y estar preparados para una tarea que duraría horas. Pasado el trance primero, el ya infante, era tratado junto a la manada con mimo y cuidado. Correteaba feliz por los prados ignorante del futuro rojo que, como un espía, esperaba detrás de la valla. Cohabitaba en ese paraíso protector, amparado hasta la caída del cordón umbilical.                                                                          «Toro alado»

UN PALACIO EN MEDIO DE UN LAGO

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Los primeros casos de indisposición aparecieron sin previo aviso, tal es el caso de las enfermedades que aparecen de la nada y van tomando posesión del territorio donde aterrizan sin permiso, impúdicamente. El primer caso fue tomado sin conceder la importancia que el tiempo se encargaría de otorgar. Con frecuencia se piensa que será algo pasajero, anecdótico, que desaparecerá igual que vino. No solo no desapareció, sino que iba creciendo a través de los días, de tal forma que, al desgobierno de aquella latitud, no le quedó más alternativa que habilitar un recinto donde instalar a aquellos niños, porque la nueva enfermedad, desconocida para los galenos consultados, asombrados de que el mal solo afectara a los niños. Reunidos los mandamases en concilio, asomó la cabeza pensante –que no inteligente- del grupo, el cual creyó conveniente para el organismo, -que lo fuera o no para el acogimiento era cosa de segundo grado-, a ellos les venía importando de poco a nada las condiciones idóneas o

HAIKUS -II-

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  Las flores tienen mojados de cielo sus ojos.  Mientras, el anciano árbol poblado de arrugas  contempla su ocaso,  ellas,  inician su amanecer. ©consuelopérezgómez   El epitafio quedó ensombrecido a la luz de las tinieblas. Los bancos son guardianes, depositarios de verdades. En un banco quedó la impronta de los abrazos perdidos.  ©consuelopérezgómez El camello mira a través del ojo de una aguja, desde donde se divisa una lejanísima montaña nevada. El blanco gélido y la arena dorada no pueden unirse sin destrozarse. ©consuelopérezgómez

EL CARTERO DESAPARECIDO

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Habían pasado tres meses desde que vio por última vez a Regino cargado con su morral desgastado por la lluvia, el sol, los temporales que como inquilinos desaprensivos tomaron posesión del saco depositario de tantas vidas que el azar depositaba en blancos sobres, para cuyo contenido, algunos destinatarios no estaban preparados. Regino, llevaba miles de horas vividas con el costal pegado; mientras repartía las misivas iba elaborando historias para cada una de ellas. Imaginaba que podría ocurrir en el interior de esos sobres. A través de los años, el contenido de la saca iba adquiriendo un nuevo color, nuevas formas de comunicación acabaron con el arte de escribir cartas, de describir sentimientos, estados, de mandar escritos reconfortantes a un amigo, a un conocido, para ayudar con ello a superar el trance en que se encontrara. Cartas incluso a posibles enemigos, que no eran tales, sino imaginaciones paranoicas hermanas del aburrimiento. —«Ya no se escribe; el mundo cambia y yo no m

MIS HAIKUS

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  #MiHaiku. ©consuelopérezgómez

UN JUEGO DE NIÑOS

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Ella, prepara la maleta. El niño se acerca y deposita su osito en la valija: «Para que papi duerma bien». Ella, intuye la ausencia impresa en cada objeto consignado. El niño juega. Ella, lo mira; por un momento se ausenta de lo porvenir. Ella también quiere jugar a salir del escenario. El niño deslumbrado por el arsenal de hombres desfilando quiere ir a jugar con ellos. ¡Divina inocencia! La sombra de la madre siempre alerta: —«Niño, ¡Eso no!». El niño no desafía el poder maternal; el niño solo quiere jugar. En el futuro quizá comprenda —o no— el juego de ese juego. El poder de la mente desafía al de la fuerza bruta. Mariposas que arrastran piedras contra la desdicha mostrando una vez más que la fortaleza está en el querer y no en el poder. He visto maletas vacías, maletas llenas de vacío, vacío de maletas, y, maletas llenas de desesperanza, pero nunca he visto una maleta que no incluyera en su interior un gramo de ilusión, de esperanza en el viaje… En ocasiones las gue